A estas mismas fechas el año pasado Miami Heat conseguía doblegar a San Antonio Spurs en el séptimo partido de las finales de la NBA, el rey Lebron James obtenía así su segundo anillo consecutivo en lo que parecía la confirmación de una nueva dinastía en la NBA. No fue un verano fácil para los miembros de la franquicia tejana, muchos de ellos pararon el parón estival sumidos en la depresión tras ver cómo no fueron capaces de cerrar una final que tenían en sus manos. Ese recuerdo fue alimentando las ganas de revancha de un conjunto que en los últimos dieciséis años ha conseguido cuatro anillos de campeón en la NBA.

En una temporada en la que el número de aspirantes al anillo seguía siendo muy reducido, tan sólo OKC y Pacers parecían capaces de llamar a las puertas de las finales, el destino para que la final entre Heat y Spurs se reeditase parecía escrito. Dos estilos completamente diferentes pero que han sido capaces de marcar diferencias en la mejor liga de baloncesto del mundo. Desde el primer partido los aficionados se dieron cuenta que la final tenía un claro color tejano, el dominio insultante mostrado por el equipo dirigido por Gregg Popovich no tuvo respuesta por el lado de los de Florida, tan sólo en el segundo partido las distancias en el marcador fueron lo suficientemente cercanas para competir de tú a tú contra los Spurs, la victoria por dos puntos en territorio enemigo hacía presagiar que la batalla podría alargarse, una vez que Miami recuperó el factor cancha. Fue un simple espejismo, con un Lebron en esta ocasión mal acompañado por sus escuderos, el rey no puedo hacer frente él sólo al vendaval que tenía enfrente.

Atrás quedan esas ácidas críticas a unos Spurs que “aburrían”, un baloncesto alejado del convencionalismo NBA,  y más cercano a FIBA, “lento”, “poco vistoso” decían los analistas, a pesar que habían conquistado varios anillos, jamás tuvieron el reconocimiento que merece un equipo capaz de ganar la NBA como hicieron a finales de la década de los 90, y de la primera década del Siglo XXI. Con la consecución de este quinto anillo hay que pararse a valorar quiénes son los auténticos responsables por los que San Antonio Spurs se ha convertido por méritos propios en un equipo de leyenda que pasará a la historia de este deporte.

Y es que la historia se empezó a escribir en el momento que los caminos de Gregg Popovich, y Tim Duncan se unieron allá por el año 1997, una comunión que ha ido forjando un imperio cuyo legado será muy difícil de alcanzar en un futuro. Por el camino se quedaron mitos como Sean Elliott, Avery Johnson, o David Robinson, responsables directos del primer anillo de la franquicia tejana, sin embargo Popovich fue reclutando unos jóvenes desconocidos en el mundo NBA, un joven base francés, Tony Parker, y un escolta zurdo argentino, Manu Ginobili. Ese “olfato” de Popovich no fue simple casualidad, a lo largo de estos años la nómina de jugadores que han pasado por su programa y se han convertido en piezas fundamentales en la NBA es bastante extensa.

Gregg Popovich ha sido capaz de aunar en un equipo conceptos como los de la constancia, esfuerzo, sacrificio, lealtad, generosidad, confianza, y todo ello aderezado por un nivel de conocimiento y lectura del juego jamás visto en la NBA. La inteligencia en la pista como base principal del juego ofensivo de un equipo que además ha sabido dar una lección al mundo de cómo ha de ser la circulación de balón en este deporte. La generación de múltiples ventajas a partir del pase ha supuesto un dolor de cabeza para la estructura defensiva de unos Heat que asistían sin opción de respuesta a una exhibición en la pista.

Un proyecto dirigido desde 1996 por un graduado por las fuerzas aéreas de los Estados Unidos, cuyo futuro profesional parecía estar ligado a la CIA, y cuya férrea disciplina se ha combinado a la perfección el liderazgo necesario para aportar un equilibrio básico entre las necesidades del grupo y la de los propios jugadores. De ese talento para la captación (Diaw, Bellinelli, o Splitter), y formación de jugadores jóvenes pueden dar buena cuenta jugadores como Danny Green, Patty Mills, o el flamante MVP de las finales, un Kawhi Leonard desatado en el plano ofensivo, y clave a la hora de secar en defensa a Lebron James. Cada jugador ha sido perfectamente consciente del rol que debía asumir en cada momento de la temporada, quizás gracias a ello San Antonio arrolló a los Heat en un aspecto a priori intangible como es el de la confianza, pero que se puede traducir en el escandaloso porcentaje de acierto en el tiro en esta finales, dejando para la historia la primera parte del tercer partido en el que batieron el record histórico de % de campo al descanso en un partido de las finales.

Si la figura del maestro Popovich es muy alargada en el banquillo, la figura de Tim Duncan merecería otra consideración acorde al mejor ala pívot de la historia de la NBA. Sin ser un jugador mediático, sin sobresaltos en su vida privada, su disciplina de trabajo, capacidad de liderazgo, visión de conjunto, y su inagotable talento le permiten segur siendo uno de los pilares referentes de estos Spurs a sus 37 años. Para la historia deja con letras de oro el convertirse a lo largo de estas finales en el jugador con más dobles-dobles de la historia de los playoff de la NBA. Las rotaciones de Popovich a lo largo de la temporada para dosificar a su trío de veteranos ha permitido que éstos hayan llegado en unas condiciones óptimas para liderar la sublevación de este imperio llamado San Antonio Spurs ante el rey dominador de la NBA, Lebron James. Además este trío supera al formado por Kareem, Michael Cooper,  Magic Johnson como el trío con más victorias en playoff en la historia de la NBA. Los aficionados al baloncesto deben tener como visionado obligatorio las clases magistrales impartidas por estos Spurs en las finales de la NBA. ¿Cuánto tardaremos en volver a ver una dinastía como la formada por este equipo? Ojalá el binomio formado por Popovich y Duncan se anime a continuar alguna temporada más, los aficionados estaremos eternamente agradecidos.

 

Por Alex Senra del Cerro
Analista NBA para JGBasket

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