Foto portada Miguel Ángel Forniés | una entrevista de Javier Balmaseda

En el día en que Nikos Galis cumple 68 años hablamos con Zeljko Pavlicevic, su entrenador en el Panathinaikos, el último equipo del mito del baloncesto griego.

De los mejores anotadores de siempre en el Viejo Continente, Nikos Galis era un escolta griego de 1,85 m (nacido en Nueva Jersey, Estados Unidos), que poseía una imparable capacidad de penetración a canasta y un tiro mortal de media distancia, un jugador que se convirtió en un ídolo en su país tras conquistar con Grecia el Eurobasket de 1987 en casa, derrotando a la todopoderosa Unión Soviética en la final.

Para muchos de los que amamos el baloncesto de los ochenta, Nikos Galis es, sin duda, uno de esos jugadores con carisma que nos engancharon a este deporte. Aunque pasó la mayor parte de su carrera en el Aris Salónica (1979 a 1992), finalmente se retiraría en el Panathinaikos (1992 a 1994), donde su entrenador durante una temporada y media fue Zeljko Pavlicevic, con quien hemos hablado para ahondar en el final de la carrera de uno de los mejores jugadores europeos de todos los tiempos. Atentos a los ejercicios que hacía el griego después de cada entrenamiento con 35 años. Como dice el propio Zeljko Pavlicevic: “¡Qué barbaridad!”.

 

¿Qué nos puede contar de Nikos Galis?

Antes de venir a Grecia, yo había jugado dos partidos contra Galis, uno en casa, en Split, y otro en Salónica. Es un hombre que era un misterio para la defensa. Yo tenía bastante tiempo, teníamos scouting, con los vídeos… y mirábamos cómo podíamos hacer algo cuando nos enfrentábamos contra él, pero era inútil, cuando él tenía un buen día no lo podías parar.

Era una persona muy estable en la cancha, con un tiro de media distancia excepcional, con un sentido para entrar entre los hombres altos increíble, penetraba con toda la confianza del mundo. Yo miraba cómo podía él hacer esto, porque su estatura era de 1,83 m y los pívots en esta época eran de 2,12 o 2,15… eran muy grandes. Y era algo natural y algo de entrenamiento, él miraba cómo estaban las piernas de estos jugadores altos. Yo miraba muchas veces cómo era capaz de pasar entre ellos, porque él estaba contra un hombre alto, y el hombre alto estaba arriba y él abajo. Cuando Galis veía que las piernas del hombre alto se iban arriba, saltando, él hacía un engaño y esperaba un poco, de tal modo que cuando el otro se iba abajo él iba arriba. Esto es un arte, parece muy fácil, pero es arte.

La finta de tiro, ¿no?

Finta, sí, sí, sí. Cuando él entraba con su fuerza, con su técnica y con su tiro de media distancia, eran mínimo 20 o 25 puntos por partido.

Es un ídolo en su país.

Él es un ídolo, el mejor deportista en Grecia de todos los tiempos. Algunos dicen que es una de las más importantes personalidades en la historia de Grecia, esto puede ser un poco exagerado, pero yo creo que el deporte tiene una influencia muy importante en la vida de una nación. Cuando ganó con el equipo nacional el campeonato de Europa en el año 87, todo el mundo estaba diciendo que un hombre había cambiado la mentalidad de una nación, de unos perdedores a unos ganadores.

Él tenía siempre una cara de enemigo, ¿sabes? Siempre una cara muy seria, muy poco hablador y algo así. Pero detrás estaba una persona muy seria, una persona con gran sentido con la gente que tenía alrededor, un gran jugador y una persona que tenía en su genética ganar partidos. Ha ganado muchos partidos con Aris, con Panathinaikos, con el equipo nacional…

No tuvo ningún problema nunca. Él era un competidor nato, en los entrenamientos, en los partidos, siempre muy serio, y además estaba muy correcto con sus compañeros. Él fue también un líder, y como entrenador, si tienes la suerte de tener un líder nato que quiere trabajar y quiere ganar, es algo que es oro, algo muy importante.

Después de cada entrenamiento, independientemente de que el entrenamiento fuese fuerte o flojo, o lo que sea, independientemente del entrenamiento que yo propusiera como entrenador, él hacía unos 250 abdominales y 150 push ups, no sé cómo se llaman ahora.

Sí, está bien, también decimos flexiones en España.

Flexiones, ok, flexiones. Esta era su norma después de cada entrenamiento.

250 abdominales y 150 flexiones.

Sí, push ups, exacto, hacer flexiones, sí, sí.

Qué barbaridad.

Sí, sí, ¡qué barbaridad!, exacto.

Y por esto cuando estás viendo sus partidos en esta época y después ves que durante un partido está muy estable, que parece… le llamaron como el hombre de hierro por estas características.

El hombre de hierro.

Exacto, porque durante los 40 minutos estaba siempre al mismo nivel, y en el último momento podía meter una canasta muy importante.

Este tipo de jugadores, como Drazen, como Galis, quieren jugar full time, 40 minutos. Él estaba entrenando muy bien, estaba en la cancha muy bien, estaba muy centrado en los momentos decisivos, lleno de experiencia, y así podía meter en cualquier momento una canasta para ganar el partido. Entonces, como entrenador lo tienes que respetar.

¿La clave para aguantar los 40 minutos jugando a tope eran las series de abdominales y flexiones que hacía después de cada entrenamiento?

Mira, eso es la parte física, pero no hay que olvidar la parte mental, donde Galis estaba casi mejor. Muy fuerte, muy trabajador, muy concentrado, y por esto tuvo una carrera muy larga. Él entendía que con su estatura, 1,83 m, y con su tipo de juego, tenía que estar físicamente a tope. Pero además tenía una inteligencia en la cancha… Muchos jugadores después de los partidos decían: “No se puede parar a este hombre”.

Yo te voy a decir una cosa que pasó conmigo en esta época. Nosotros fichamos a un jugador que tenía una gran proyección, un jugador que estaba llamado a ser después de Drazen uno de los mejores jugadores de la antigua Yugoslavia, se llama Arijan Komazec, tenía 2,02 m. Lo fichamos en el Panathinaikos en mi segundo año allí, teníamos a Stojan Vrankovic, Galis, Arijan Komazec y Volkov, un equipo fuerte, pero nuevo. Yo tenía esta idea de fichar a Komazec como un proyecto de futuro, un jugador muy bueno, un gran jugador. Recuerdo que cuando fichamos a Arijan yo hablé con Galis, porque son jugadores que quieren poner sus 20, 25, 30 puntos por partido. Y le dije a Galis: “Mira, Nick, va a venir un hombre joven con proyección, es un hombre que va a meter canastas, que puede jugar en defensa también, pero es un hombre para meter”. Y él me dijo muy simple: “Mira, coach, no hay ningún problema si va a estar correcto en la cancha. Si tiene que pasar el balón en un momento oportuno tiene que pasar, si tiene que defender… Por mi parte no hay ningún problema, yo voy a respetarle”. Y este año, el 92, fue la primera vez que Galis no fue el máximo anotador en la liga, fue el mejor en asistencias.

Por otra parte, hablé con Arijan Komazec, sabes cómo es la gente joven, recibió un buen dinero, tenía 20 años o así, que es una edad un poco alocada, y le dije: “Mira, Arijan, tú puedes ser el mejor jugador, puedes ser el máximo anotador del equipo, pero el líder de este equipo y el hombre que aquí en Grecia es como Dios, se llama Galis. Si vas a hacer algunas tonterías y no respetas a este hombre, nadie te podrá ayudar para estar en el equipo”. Y esto es verdad y lógico. Arijan lo aceptó, y yo tenía que decírselo porque cuando llega un joven con la cabeza muy alta… ¿sabes?

Sí, le entiendo.

Entonces yo tenía que avisarle. Tuvimos una temporada buena, ganamos la Copa de Grecia…

Foto interior 1. Autor M. A. Forniés

Foto interior 1. Autor M. A. Forniés

Háblenos del carácter, la forma de ser, la personalidad de Galis.

Él tenía una defensa personal porque era la persona más famosa en Grecia. En ese sentido, él se defendía con esa cara de pocos amigos, con esa cara poco amable. Te voy a decir por mi caso personal, que cuando eres el entrenador de Olympiacos o Panathinaikos, eres una persona importante en Grecia, y cuando estás en la calle o en algún restaurante siempre viene gente preguntando: “Hola, perdóname, una preguntita…”. Y esta pregunta son 20 minutos, pero con Galis podía ser mucho más tiempo. Entonces él se defendía de esta manera, con una cara no muy amable. Después de cada entrenamiento, antes del partido… siempre estaba muy correcto, muy concentrado y ayudando al entrenador para que no cundiera el pánico.

Me ha llamado la atención lo que ha contado de los abdominales y flexiones después de cada entrenamiento. Creo que no era algo muy habitual, se estilaba más quedarse a hacer series de tiros.

No, no, no, no. Los tiros como siempre, yo soy un entrenador que siempre trabajaba en cada entrenamiento los tiros, 120 o 150. Con esto no había ningún problema, independientemente de que él también después del entrenamiento hiciera sus tiros, esto es normal para los jugadores, cuando se acababa un entrenamiento oficial tenían derecho a hacer algo extra, excepto un día antes del partido.

¿Qué es lo que más le impresionó de él? Su tiro de media distancia, la capacidad para penetrar, la capacidad para fintar…

Mira, en el 1 x 1 no he visto a muchos jugadores que pudiesen pararlo, pueden pararlo una o dos veces, pero no puedes pararlo… como por ejemplo tampoco puedes parar a un lanzador cuando se pone a meterlas. La penetración era su punto fuerte, estaba muy fuerte de piernas, con un salto para su altura muy bueno, y también era muy rápido. Su primer paso era rapidísimo, era donde sacaba la diferencia a los rivales, eso que tienen los jugadores americanos por naturaleza.

Y además te voy a decir una anécdota, Red Auerbach, uno de los más famosos entrenadores de la NBA en su tiempo, dijo que el único error que había cometido fue no haber fichado a Nikos Galis para los Celtics, esta fue su declaración oficial.

Su sentido para el tiro de media distancia fue excepcional, él no fue un tirador de tiros de 3. En esta época, al principio, no había triples, por eso sus estadísticas, 30 puntos por partido, son más valiosos que ahora, porque no había triples. Cuando llegó el tiro de 3 él no estaba como un gran tirador, él podía meter 3 o 4 triples, pero su tiro de media distancia estaba perfecto, podía meter 12 de 16 o algo así.

En defensa, como todos los grandes anotadores, fue correcto, es normal, no le vas a pedir que estuviera como el mejor jugador en defensa, pero correcto, siempre correcto, podía coger rebotes en defensa, y, lo que es importante, podía pasar balones cuando tenía su día, podía hacer 30 puntos y hasta 10 asistencias.

¿Se parecen en el carácter o liderazgo, Petrovic y Galis? Usted entrenó a los dos.

Una comparación de este tipo siempre es difícil, Drzen exponía mucha más energía exterior. Galis, en los partidos, cuando metía una canasta importante o hacía algo importante, siempre estaba con la misma cara, él no exteriorizaba sus emociones. Como entrenador, esto es una cualidad muy importante. Durante sus 20 años de carrera, todos los jugadores han intentado hacer todo para parar a Galis, y por este motivo él tenía que estar mentalmente muy fuerte para aguantar todo esto cada semana, o dos veces por semana. No era un jugador que hiciera 30 puntos en un partido y en dos partidos nada, no, no, él tenía promedios muchas temporadas sobre los 30 puntos, y esto no es fácil.

Foto interior 2. Autor M. A. Forniés

Foto interior 2. Autor M. A. Forniés

Para acabar te voy a decir algo que es muy interesante, su entrenador en la selección griega en esta época fue Kostas Politis, y después de mí, él fue el entrenador de Panathinaikos. El último partido de Galis fue en el año 94, nadie sabe la razón, pero Kostas Politis no puso a Galis en el cinco inicial, y después de no sé cuantos minutos, él llama a Galis para entrar a jugar, pero Galis no salió a jugar, se fue al vestuario y nunca más volvió a la cancha, nunca más volvió a jugar, ese es Galis. Fue un partido de Panathinaikos contra un equipo muy flojo. Este fue su último partido. Nunca más volvió a jugar al baloncesto. Galis estaba acostumbrado a jugar prácticamente los 40 minutos, independientemente de su edad, y no quiso acabar de esta manera, saliendo desde el banquillo. Como no estaba en el cinco inicial él se ponía muy raro y no quiso entrar. Esto fue en octubre del 94, el último partido del hombre de hierro.

Un artículo de Javier Balmaseda.
Colaborador JGBasket

MIGUEL ÁNGEL FORNIÉS nació en Badalona el 18 de septiembre de 1952. Estudió en los Salesianos Badalona y en el Colegió Badalonés. Servicio Militar en Campo Soto, Cádiz.

Fotoperiodista de Devoción. Colaboró con Eco Badalonés, 5Todo Baloncesto. Desde 1981 con Nuevo Basket como fotógrafo. Primer fotoperiodista en viajar a ver y fotografiar partidos de la NBA en 1984. Europeo de 1973, cinco Mundiales Júnior (de 1983 a 1999). Quince meses trabajando, viviendo y jugando a baloncesto en Argelia (Sidi Bel Abbès).

Mundial de España 1986, Mundial de Argentina en 1990. JJOO de Barcelona 1992 como adjunto del jefe de prensa de baloncesto. Ha escrito dos libros, Crónica de un viaje alucinante (en 2009) y Memorias Vividas (en 2015). Durante 19 temporadas (1996-2014) responsable de prensa del Club Joventut Badalona.

 

 

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