Paula Palomares acaparó todos los focos de la Supercopa Endesa con su participación en el concurso de triples. Ahora, casi un mes después, su vida ya ha vuelto a la normalidad y JGBasket habla con ella para conocer, de primera mano, su experiencia y hablar sobre el futuro.

Tras más de un año y medio alejada de las canchas para ser madre, Paula volvió a disfrutar del baloncesto en Alcobendas. “Me llamó José –entrenador del LF2– y no lo dudé, aunque lo primero que le dije es que llevaba un tiempo sin jugar y que no iba a ver a la misma Paula contra la que había jugado otras veces”, recuerda. El regreso no fue nada fácil. “Les pedí tiempo porque iba más lenta que el resto y me costaba recuperar el ritmo. Eso fue muy duro, incluso me planteé dejarlo”, pero el carácter que ha demostrado a lo largo de su carrera le sirvió para superar esas dificultades y guiar a su equipo, dejándole a las puertas del ascenso a Liga Femenina.

Lo que no sabía Palomares es que la temporada de su regreso iba a traer consigo un premio inesperado. La base madrileña desconocía que había firmado el mejor promedio de triples en el baloncesto profesional español con un espectacular 44,1% (71/161). Lógicamente, la mejor triplista no podía faltar al concurso de la ACB. “Fue una experiencia única y estoy muy orgullosa”. Su ídolo, Carroll, fue su verdugo en la primera eliminatoria. “No hice una buena ronda de clasificación por la mañana y me tocó contra Carroll, sabía que era muy difícil ganarle, así que me relajé y disfruté del momento porque esto sólo pasa una vez en la vida”. Sus quince puntos no fueron suficientes para batir al, a la postre, campeón del concurso, pero Paula había dejado su sello.

Después del sueño de participar en la Supercopa, tocaba volver a la realidad. Madrugón para coger el avión y jugar con sus compañeras en Baleares. Eso sí, el viaje fue diferente: “todas me preguntaban cómo había sido la eliminatoria, el ambiente… Me apoyaron un montón y me hicieron un vídeo para motivarme, aunque, al principio cuando se enteraron, se quedaron alucinadas y pensaron que era una broma”. Quizá, todavía por el chute de adrenalina de haber estado con las estrellas de la ACB, Paula firmó un partido soberbio (28 puntos, 6/10 en triples y 37 puntos de valoración) para cerrar un fin de semana único e inolvidable.

La maternidad le ha dado una perspectiva diferente de la vida. Antes, como reconoce, “cuando me salía un mal partido, me frustraba y me afectaba en todo lo demás, pero ahora hay cosas más importantes en mi vida que el baloncesto”. Su experiencia también le sirvió para afrontar mucho mejor su vuelta a las canchas, “a pesar de que me costó muchísimo, he aprendido a esforzarme, trabajar más duro y sufrir más”. Sus dudas iniciales son historia y, actualmente, vuelve a liderar a un equipo, invicto esta temporada, que tiene como principal objetivo el ascenso.

De momento no se plantea el futuro más allá de esta temporada. Cuando volvió, tenía en mente “jugar un par de años y volver a ser madre”, pero el gusanillo del baloncesto le ha entrado con ganas y no quiere tomar decisiones precipitados. Lo que tiene claro es que su regreso a Liga Femenina es más complicado, ya que “sería entrenar por la mañana y por la tarde, viajar más y eso me quitaría mucho tiempo de estar con mi hija”. La Liga Femenina 2 es, por tanto, “una competición ideal porque hay un buen nivel de baloncesto y te permite compartir tiempo con la familia”.

 

Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Gabinete comunicación JGBasket

Foto: ACB Photo

 

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