Este artículo surge a raíz de las dos charlas dadas a entrenadores de Colegio Luther King y del Club Baloncesto Canarias durante mi estancia con ellos en abril del 2022 en Tenerife.

Ser entrenador es también escuchar

Los entrenadores dirigen un grupo, toman decisiones, transmiten idas, hablan y hablan. Viene unido a la profesión, pero creo que con frecuencia hablamos demasiado. Ante la tendencia que tenemos los entrenadores de hablar mucho, ¡escucha! Los demás te regalarán conocimiento mientras tú les estás regalando respeto. A alguien que habla no hay mayor regalo que el escucharle y si ya de paso le demostramos que lo estamos haciendo, mucho mejor. Observa a tu alrededor como la gente habla y los demás escuchan…o no. ¿Cuántas veces ves que alguien pregunta algo que ya se ha dicho? ¿Cuántas veces ocurre que en mitad de la conversación de alguien ante algo que ocurre o algo que ha dicho se la cambia de tema? ¿Cuántas veces se saca el móvil mientras alguien hablar? ¿Cuántas veces…? La atención plena es un regalo hacia los demás y hacia ti mismo. Te hace disfrutar más del momento, a la vez que genera mayor unión con la persona que hablas. Hace la vida más bonita. Pero por desgracia creo que es un bien escaso. Un entrenador que quiera aspirar a convertirse en un gran gestor de grupo debe ser un gran oyente. Quieres comunicar, quieres que la gente te escuche y llegar a ellos, practica tú lo mismo con ellos, todo será más fácil.

Poder vs Autoridad

Debemos saber la diferencia y aplicar lo adecuado.

¿Somos conscientes de cómo aplicamos nuestra supuesta autoridad? ¿La confundimos con el poder…o el abuso de él?

A nadie le gusta, que le chillen, ¿por qué lo hacemos a nuestros jugadores? ¿Por qué lo hacemos con los árbitros? ¿Esperamos ingenuamente que al que chillamos sea más receptivo y le salgan mejor las cosas?

Cuando un educador chilla, se enfada, insulta…está transmitiendo sus frustraciones y manifestando su falta de control. Considero que chillamos ante la impotencia de no saber aceptar que las cosas son como son, no como nos gustaría que fueran. En relación a esto: «En cualquier actividad es posible ejercer el mando sin faltar al respeto o denigrar a nadie, solo se requiere voluntad de la buena y ganas de hacerlo de manera correcta” Frase del filósofo Michel Onfray. “El verdadero poder es el poder sobre uno mismo. Cualquier otro es una tiranía injustificable» del psicólogo de Walter Riso.

Hay que aceptar el error de otros…y ya está. “El error forma parte del juego” (Chema Buceta). Los errores se gestionan, no se penalizan. Se enseña, no se pone en el disparadero. Si todo se consiguiera sencillamente con pedirlo, la vida tal vez sería demasiado simple y aburrida. Tu merito como entrenador tiene mucho que ver con tu capacidad para conseguir que ocurran cosas, Y si no ocurren, gestiona para tratar de que ocurran. Algunos defenderán que chillar mete tensión a jugadores y árbitros. No me gusta, pero si no hay falta de respeto lo puedo aceptar. Lo contrario, para mí del todo punto inaceptable.

Lo que hay que tratar de conseguir es el respeto de los que intervienen. Para que los jugadores te respeten, hay que demostrar autoridad. Está comprobado que a nadie le gusta fallar a una persona a quien respeta. La autoridad tiene mucho que ver con ser capad de decir “seguidme” y al mirar hacia atrás sentirte acompañado. Ser líder y conseguir tener autoridad tiene mucho en común.

 

Charla Juan José Hernandez. Tenerife 2022. Aula

 

Por Juan José Hernández Liras.
Entrenador superior baloncesto. Experto Universitario en Entrenamiento Deportivo
Colaborador JGBasket

Continuará. Próximas entregas

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