Planificación, formación, concienciación y motivación, factores de aprendizaje de los jóvenes entrenadores

Se dice que la experiencia es un grado, pero debido a la escasez de entrenadores con cierta experiencia, los clubes y colegios tienen que echar mano de jóvenes que puedan ponerse al frente de equipos. En algunos casos han sido o son jugadores de baloncesto, lo que les permite tener un conocimiento del deporte, aunque en otros, no han llegado a jugar y su interés y pasión es lo que les lleva a entrenar. Tanto en uno como en otro caso, hay factores que son básicos y fundamentales para el aprendizaje.

Planificación

Es imprescindible tener planificado lo que se va a trabajar en el entrenamiento, sobre todo cuando se empieza, ya que la falta de experiencia puede provocar que se pierda mucho tiempo entre ejercicio y ejercicio. Además, una buena planificación permite que los entrenamientos estén estructurados y no se caiga en la monotonía.

Formación

El aprendizaje tiene que ser constante. No hay que anclarse sólo en lo que uno sabe o ha aprendido, ya que no es lo mismo trabajar con benjamines que con infantiles. Por eso, ver los entrenamientos de otros compañeros o buscar ejercicios adaptados a cada edad puede facilitar el trabajo y permitir ampliar los conocimientos. Los jóvenes entrenadores tienen que saber escuchar y entender las opiniones que se les den como algo positivo y no como una crítica. También es básico para completar la formación realizar los cursos que ofertan las diferentes federaciones autonómicas.

Concienciación

Los clubes o colegios suelen ubicar a los entrenadores más jóvenes en las categorías de minibasket. De ahí que deban concienciarse de que tienen una labor que va más allá del deporte, tienen que educar a sus jugadores. Niños de entre ocho y once años, muy influenciables, que suelen imitar las conductas que ven en su entorno. Por eso, es básico que tengan un buen lenguaje y un comportamiento correcto, que sirva de ejemplo para sus jugadores.

Motivación

Para ser entrenador hay que saber que una temporada es muy larga y se van a vivir situaciones positivas y otras no tanto. Se tiene que estar preparado para todo, aunque, en algunos casos, puede llegar a ser desesperante, pero no se puede perder la motivación y menos transmitírsela a los jugadores, sean de la edad que sean, porque ellos también la perderían y llevaría a algunos a poder incluso dejar de jugar al baloncesto. Tienen que intentar mantener la ilusión desde el primer día y buscar incentivos que le permitan seguir conservándola.

Hay que tener paciencia por parte de todos y ser conscientes de que los jóvenes entrenadores necesitan un periodo de adaptación y aprendizaje, ya que son el futuro del baloncesto y en sus manos están las próximas generaciones de jugadores.

 

Por Victor Escandón
Entrenador superior baloncesto
Gabinete técnico JGBasket

Publicado 17 abril 2012

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