Hay veces que como entrenadores se nos plantea esta duda defensiva: ¿qué hacemos con nuestros equipos, les mandamos atrás a defender o presionamos todo el campo? Cada uno puede tener su filosofía de juego y tener unas ideas preconcebidas, pero está claro que no todos los equipos son iguales, por tanto, aunque nos guste una manera concreta de defender, hay que saber si tenemos jugadores para poder llevarla a cabo.

Hay clubes o colegios que apuestan por tener unas señas de identidad bien definidas, haciendo que todos sus equipos defiendan de la misma manera, ya sea presionando o defendiendo en individual o zona. Eso no quiere decir que, sin ir contra sus ideas, los jugadores de estos equipos no conozcan y no hayan tenido que entrenar otro tipo de defensas, ya que en los partidos tendrán que enfrentarse a ellas y tienen que haberlas trabajado para saber cómo atacarlas.

No hace mucho, eran muchos los equipos que presionaban todo el campo, pero, en los últimos años, he ido viendo como cada vez son menos los equipos que presionan, sobre todo en minibasket, apostando por encerrarse cerca del aro, en muchos casos, colocando al más alto en el centro de la zona, evitando las penetraciones y permitiendo los tiros lejanos. En teoría, un tipo de defensa no permitida por el reglamento, pero que en la práctica se emplea comúnmente y es muy difícil que los árbitros la regulen.

El principal problema de esta defensa es que los jugadores se acostumbren a flotar a su defensor y a dejarles tirar, lo que conlleva que según vayan avanzando las categorías, esos tiros es más fácil que los metan y no sean capaces de apretar las líneas de pase, permitiendo que el balón circule con rapidez y el ataque saque más ventajas.

Además, en los comienzos, las ayudas suelen ser laterales, algo muy castigado cuando los jugadores empiezan a adquirir más conceptos técnico-tácticos. Por lo que, aunque nuestros equipos defiendan atrás, tienen que adquirir las nociones básicas defensivas, no valiendo cualquier cosa con tal de que el equipo contrario no anote, porque luego quitarles esos hábitos erróneos adquiridos resulta muy complejo y difícil.

Lógicamente, como señalábamos antes, hay que conocer a nuestro equipo, si contamos con varios jugadores grandes y lentos en pista, hay que saber que si presionamos todo el campo, van a tener problemas a la hora de defender a su par, por lo que, a lo mejor, si queremos retrasar el ataque del equipo contrario, podemos realizar una presión al balón, mientras que el resto de jugadores esperan en su campo.

Lo que hay que dejar claro es que defender atrás no es apelotonarse en la zona para evitar que anote el rival. Se puede defender en el propio triple con una gran actividad e intensidad, igual que pasa con las defensas en zona, las hay más pasivas y más activas. Tenemos que incentivar a los jugadores para que presionen las líneas de pase, salten a las ayudas y estén activos de manos.

Cualquier defensa es buena siempre que tengamos claros los objetivos que queremos que cumpla y que los jugadores sepan cuál es su misión en cada momento. La presión está bien para cambiar el ritmo de partido, para retrasar el ataque rival o para tratar de recuperar una desventaja en el marcador a falta de poco tiempo. En el caso de que nos decantemos por defender atrás, lo primero a cumplir es tener un buen balance defensivo para cerrar el aro y, a partir de aquí, evitar las situaciones fáciles de anotar, dotando al equipo de una gran actividad defensiva.

 

Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Gabinete comunicación JGBasket

Publicada el: 6 May de 2018 @ 20:18

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