Después de ver la Copa del Rey y las situaciones que se han generado a raíz de los saques de banda y fondo en el baloncesto, surgen una serie de consideraciones que hay que tener en cuenta. Al igual que sucede con cualquier aspecto táctico del baloncesto, se tienen que entrenar para que los jugadores puedan realizarlos con garantías, ya que si la situación que se produce es novedosa para ellos, existe la posibilidad de que no surta el efecto buscado.

Lo primero que tenemos que diferenciar es si queremos meter simplemente el balón en el campo o, por el contrario, buscar una canasta directa desde el saque. Hay que valorar la situación del partido en la que nos encontramos y la defensa rival, ya que hay equipos que en cuanto se produce un saque de banda o fondo cambian su defensa a zona y resulta más complejo buscar directamente el aro rival. Aún así, hay entrenadores que llevan su filosofía hasta las últimas consecuencias y, a pesar de que les valga solo con meter el balón en el campo, arriesgan para anotar. Eso es exactamente lo que José Luis Alderete considera “baloncesto valiente”.

No obstante, hay que tratar de mentalizar a los jugadores para que el primer objetivo en el saque sea meter canasta fácil con el menor número de movimientos –sólo hay cinco segundos para sacar–. Y más, en el baloncesto actual en el que se ha reducido la posesión del balón hasta los catorce segundos tras falta o cualquier otra violación.

Esa mentalidad de anotar con rapidez es fácil que la adquieran desde pequeños, ya que al no tocar el balón el árbitro, los jugadores sacan rápido para meter canasta. Necesitamos para ello, un jugador que esté atento para coger el balón y sacar rápido. Cuando vamos subiendo de categoría y los árbitros tocan el balón, es más difícil pillar desprevenida a la defensa, por lo que nuestro sacador tiene que ser buen pasador y tener una amplia visión de juego. No sirve de nada que diseñemos una jugada en la que quede un jugador solo, si el que saca no ve el pase o nunca le llega.

En cualquier jugada que diseñemos de saque de banda o fondo tenemos que dar al sacador más de una opción de pase, ya que si le cierran esa única vía, tendrá que rifar el balón o le pitarán cinco segundos. Lo ideal es que de las variantes que le demos, una sea para finalizar directamente, bien con penetración o tiro, y la otra que sea un pase fácil y seguro, más conservador, que nos permita enlazar con nuestro juego.

Este último aspecto hay que tenerlo en cuenta, ya que al contar con tan pocos segundos si no estructuramos una continuidad del ataque tras el saque, se nos echará el tiempo encima. Por tanto, si colocamos a nuestros postes en situaciones exteriores, podemos enlazar el saque, si recibe cualquiera de ellos, con un mano a mano o bien jugar situaciones de bloqueo directo o indirecto. Cualquier variante que podamos introducir siempre tienen que seguir las pautas fijadas para el ataque de nuestro equipo.

Por último, cuando atacamos tenemos estructurado nuestro balance defensivo. En los saques tiene que suceder lo mismo, no podemos lanzar como locos a los cuatro jugadores hacia la canasta, olvidándonos de proteger el aro. Además, si hacemos una jugada para un posible tiro, es bueno que, al menos, un jugador tenga una buena posición para cargar el rebote.

 

Por Víctor Escandón Prada
Entrenador superior baloncesto y periodista especializado en baloncesto
Gabinete técnico JGBasket

Foto ACB Photo

Publicada el: 14 Feb de 2014

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