Los de Laso comienzan la temporada como acabó la anterior, levantando títulos. Los blancos sumaron su quinta Supercopa, sin echar de menos a Doncic, recuperando la mejor versión de Llull –MVP– y Randolph, y con los nuevos fichajes (Prepelic y Deck), aportando desde el primer día.

Se repetía la final de la pasada Liga Endesa entre Madrid y Baskonia. Ambos equipos han apostado por la continuidad de sus plantillas y eso parece haberles dado un plus en este inicio de temporada. Los vitorianos querían la revancha, pero sabían que tenían que estar perfectos para poder llevarse la Copa y confirmar que este tiene que ser su año al disputarse la Final Four de la Euroliga en su pabellón.

Tavares salió intimidador y Llull, en plan apisonadora –11 puntos y 2 asistentes– para dar el primer golpe en la mesa. En el comienzo los de Pedro Martínez, un poco desconcertados por ese inicio arrollador, solo Poirier respondía en ataque, manteniendo a su equipo en el choque. Después de aguantar ese primer envite, Baskonia se fue creciendo, sumando de tres en tres para llegar al final del primer cuarto en ventaja (20-21).

En el segundo periodo, los vitorianos salieron más enchufados desde el perímetro y pronto abrieron brecha en el marcador (28-36). Llegó el momento de los secundarios en el Madrid, unos secundarios que, en cualquier otro equipo, serían titulares indiscutibles, pero en los blancos hay el mismo talento en el banquillo que en la pista. Campazzo y Ayón tomaron el relevo anotador y permitieron a los suyos llegar al descanso con un pequeña desventaja (42-44).

Con todo por decidir, Shavon Shields –14 puntos y 4 rebotes– dejó su carta de presentación en España con una gran actuación, buscando ir al aro con potencia y descaro, sacando siempre algo positivo. El partido seguía igualado cuando Laso decidió sacarse un as de la manga, Prepelic. El esloveno, anotador puro, mostró sus armas en un abrir y cerrar de ojos para anotar 13 puntos que confirman lo que se esperaba de él.

Solo faltaba subir un punto en defensa para colapsar el ataque vitoriano y sumar un nuevo título. Los de Laso tuvieron, nada más comenzar el último cuarto, esos minutos asfixiantes atrás en los que empequeñecen a cualquier rival para conseguir una renta de siete puntos (71-64) y dejar a los vascos en solo 11 puntos en ese periodo. Solo quedaba sentenciar la Supercopa y así lo hizo Campazzo con sus robos y sus puntos. El Madrid se ha hecho con el título, pero Baskonia ha demostrado que este año va muy en serio.

 

Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Gabinete comunicación JGBasket

Foto: ACB Photo

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