TRABAJO BÁSICO PARA LA SALIDA DE PRESIÓN 1-3-1 EN BALONCESTO
En el baloncesto de formación cada vez es más habitual encontrarnos con equipos que nos realizan diferentes tipos de presiones durante los partidos. Una de las más extendidas es la de 1-3-1 en toda la pista, una presión que bien ejecutada puede resultar un tormento para nuestro ataque, por la gran cantidad de dudas que genera, que finalmente se traducen en pérdidas de balón, que generalmente suelen ser aprovechadas con un alto grado de eficacia por el rival.
Antes de plantearnos las múltiples opciones para romper esta presión, nos debemos hacer una serie de preguntas que nos ayuden a entender mejor qué objetivos pretende conseguir el rival con el planteamiento de esta presión. Para ello, es básico realizar un trabajo previo de observación del rival. En este punto debemos fijarnos en cuestiones simples del tipo:
– Es un trabajo conservador con la idea de retardar el juego, o más activo con el objetivo de lograr un mayor número de recuperaciones de balón
– En qué zonas del campo realizan los traps, o 2×1, y con qué jugadores. Qué jugadores aparecen en punta, y al final de la presión. Éstos suelen ser los más rápidos.
– Orientan a un determinado lado del campo.
– Realizan un trabajo de fintas defensivas. Cómo usan los brazos.
– Qué tipo de rotaciones realizan en función de la salida de balón. Por banda, o por centro.
– Cómo ajustan, y defienden el centro de la presión.
– En qué tipo de defensa ajustan en estático.
La lista podría ser interminable si empezamos a profundizar más en los detalles, aspecto necesario cuando el nivel de los jugadores, y de la competición aumenta. Pero vamos a plantear una serie de conceptos para poder sacar con mayores garantías una presión agresiva 1-3-1. Antes de entrar a los propios conceptos en sí, es fundamental que mentalicemos a nuestros jugadores sobre cómo afrontar una posible presión por parte del equipo contrario, y qué objetivos nos debemos marcar para superarla. Y es que gran parte del éxito tanto del ataque como de la defensa reside en contrarrestar los objetivos marcados por el rival. Para ello es clave el éxito que tengamos en los primeros ataques a este tipo de defensas. Y es que si logramos superarlas con facilidad, generando tiros con alto porcentaje de aprovechamiento dañaremos su moral. Lo denomino el principio de acción-reacción. Por el contrario si fracasamos, las dudas caerán sobre nuestro equipo como una losa, el carrusel de malas decisiones y/o pérdidas pueden condenar nuestras aspiraciones en un partido.
Hay tres aspectos claves en los que debemos incidir a la hora de afrontar este tipo de presiones, el primero es alargar al máximo el campo ya de inicio, el objetivo es crear espacios libres donde poder atacar, obligando a desplazamientos más largos a la defensa, ¿Correrán con ese riesgo?, el segundo detalle es el uso del bote, generalmente recomendamos que las presiones se saquen sin emplear bote, sin embargo el bote inteligente, y agresivo debemos potenciarlo, nos puede generar multitud de situaciones de superioridad, el último aspecto es el de la confianza, todo bote y pase debe ir cargado de ella, ya sabemos cómo suelen terminar las acciones en las que se duda.
Como vemos en el primer gráfico, mandaremos a nuestro jugador más lento lo más lejos posible del balón, si puede estar preferiblemente en línea de fondo mejor, así haremos estar pendiente al último defensor, más pendiente de un posible cruzado debajo del aro a saltar a realizar algún tipo de rotación defensiva. Tendremos como referencia un jugador en nuestra media luna defensiva. Nuestro movimiento empezará forzando precisamente ese trap, o 2×1, para ello emplearemos el bote, con el simple objetivo de atraer al defensor de medio campo. Una vez creado ese primer movimiento de la defensa, acción-reacción, movimiento simultáneo de tres jugadores para generar líneas de pase. Dos de ellos serán agresivos, especialmente las generadas en línea de banda, y en el centro, siendo otra más de seguridad en horizontal. La primera caída hacia banda tendrá como objetivo crear dudas, ¿Acompaño el corte abandonando el centro?, situarse en espacios intermedios ayudará a potenciar esa duda, y más cuando el centro vuelve a ser ocupado con un corte en diagonal desde lado contrario, en este caso volvemos a crear dudas sobre el defensor del lado donde no se encuentra el balón, ¿Le sigo, y permito el pase en horizontal?. El jugador que saca reemplazará la posición en horizontal dejada por su compañero. Ante estos movimientos prefijados, y conocidos por los compañeros, el jugador con balón que recibe el 2×1 debe leer, e interpretar la reacción defensiva para encontrar al compañero que no esté defendido. Para ello trataremos que el receptor de nuestro primer pase sea nuestro jugador con más capacidad para interpretar esas lecturas.
Realizado el primer movimiento es hora de valorar los desajustes que se han conseguido, pero ello no significa «dormirse», y permitir que la defensa vuelva ajustar, y recobrar su equilibrio. Si el balón ha superado la primera línea defensiva por banda, es hora de atacar. Y es que generadas situaciones de superioridad numérica, éstas deben ser aprovechadas, y ejecutadas en el menor tiempo posible, siempre desde el equilibrio, y el criterio. Resulta especialmente doloroso para una defensa presionante recibir este tipo de canastas, pero es parte del riesgo que se debe asumir. Por el contrario si la defensa sólo nos permite como opción el pase en horizontal debemos seguir trabajando para romper sus ajustes, y generar esos desequilibrios que nos permitan obtener ventajas. Una vez completado el pase, es momento que los jugadores entiendan que ahora el balón debe volar sobre la pista, para ello todo lo que no sea un bote agresivo de ruptura de línea, y atacar en superioridad debería estar prohibido. Potenciaremos la generación de líneas de pase, y salida de balón por banda. El siguiente objetivo que nos debemos marcar es atacar de forma agresiva la diagonal al balón. Ganar la espalda a la defensa nos puede permitir finalizar en situaciones ventajosas.
En función de la categoría, de las características de los defensores, y de los objetivos que fije el entrenador, los ajustes ya en media pista pueden ser múltiples. independientemente de ello, nuestro objetivo como ataque será no matar esa salida de balón, y darle cierta continuidad, atacando esos desajustes que podemos encontrarnos. Para ello vuelve a cobrar importancia el juego por línea de fondo que se realice sin balón, alargando al máximo el campo. Además de esa línea de pase debemos tener una referencia en el eje central de la pista que sea capaz de encarar el aro de forma agresiva, y que pueda leer a la defensa de forma básica para realizar un trabajo de inversión de balón.
Lo más normal es tratar de meter el balón en situación de poste bajo lo antes posible para poder generar juego, si no podemos realizarlo de forma directa, y nos encontramos un ajuste en defensa zonal, lo ideal es tener movimientos prefijados para atacarla. El que más me gusta en categorías de formación, dado lo fácil que es de entender para los jugadores es tratar de generar sobrecargas en el lado de balón. La conexión entre poste alto, y poste bajo resultará determinante para castigar a la defensa rival.
Por Alex Senra del Cerro
Entrenador Superior Baloncesto
Gabinete técnico JGBasket
Publicada el: 24 abril 2012 19:19 pm
es muy necesario para mis niñas