Toni Kukoc, uno de los mejores jugadores europeos de la historia, ha ingresado en el Hall of Fame. Una vida deportiva llena de éxitos, con un palmarés envidiable, que empezó a forjarse el 1 de agosto de 1987, concretamente en el Mundial júnior celebrado en Italia. Con solo 18 años, ya había ganado, mes y medio antes, la medalla de bronce en el Europeo absoluto tras derrotar a España, con varios compañeros de generación como Divac, Djordjevic y Radja.
Toni Kukoč (Nació en Split, Croacia (antigua Yugoslavia) el 18 de septiembre de 1968)
Pero volvamos a esa mágica noche en la que Kukoc se dio a conocer al mundo ante el mejor rival, Estados Unidos. No era más que un partido de fase de grupos, pero, en definitiva, un gran escaparate, imposible de desaprovechar y vaya si lo aprovechó, noqueó a los norteamericanos con 37 puntos y 11/12 en triples. Después, ambos conjuntos se volverían a encontrar en la final y aunque Toni no estuvo tan fino, su selección se llevó el oro, forjándose el inicio de un equipo de ensueño que se vería roto por la guerra.
Se había dado a conocer con su país, pero ahora quedaba consolidarlo con su club, la Jugoplastika de Split. El talento estaba servido en aquel equipo con jugadores de la talla de Perasovic, Ivanovic, Radja y Sobin. A Kukoc, que empezaban a apodarle como la pantera rosa por su físico, no le quedaba otra para ganar minutos que adaptarse a las necesidades del entrenador y, desde joven, empezó a demostrar esa polivalencia que le haría llegar tan lejos, pudiendo jugar en cualquier de las cinco posiciones. Con sus 2,11 no era raro verle subir el balón, con esa pose encorvada tan característica, y repartir juego; tirar de tres o anotar al poste bajo. Además, su primer paso era imparable, sacando una gran ventaja en cada penetración.
Esa Jugoplastika se convirtió en la bestia negra del Barça, derrotándole en tres Final Four consecutivas y alzándose en todas ellas con el título de Campeones de Europa. Kukoc se consolidó como la gran estrella que prometía y en la semifinal de 1989 se deshizo del equipo azulgrana, dirigido por Aíto, anotando 24 puntos y dando una sensación de superioridad apenas vista hasta entonces. En las dos ediciones posteriores, se repetiría la historia y ambos conjuntos se medirían en la final, con idéntico resultado, favorable a los de Split.
Kukoc se había convertido en imbatible en ese periodo y a los éxitos con su equipo a nivel doméstico y europeo, se sumaron esos mismos años, dos Eurobasket (1987 y 1989) y un Campeonato del Mundo (1990) con Yugoslavia, tras haber conquistado la plata en los Juegos Olímpicos de Seúl. La sangrienta Guerra Civil disolvió aquel equipo de ensueño, aunque, a pesar de todo, el genio de Split se colgaría la medalla de plata, vistiendo la camiseta croata, tras caer derrotados ante el auténtico Dream Team. Un anotador nato que, sin embargo, a diferencia de algún compatriota suyo, no era nada egoísta, dejando para el recuerdo la frase: “una canasta hace feliz a una persona, una asistencia hace feliz a dos”.
Su talento no pasó desapercibido para la NBA y, aunque ya era una súper estrella en Europa a pesar de su juventud, a los directivos estadounidenses todavía les costaba apostar por los jugadores europeos, así que tuvo que conformarse con ser elegido en el puesto 29 de la segunda ronda del draft de 1990 por Chicago, pero decidió quedarse, en una decisión que, a posteriori, se podría ver como un error, ya que los Bulls ganaron tres anillos seguidos, pero que en su momento, le sirvió para ganar otra Copa de Europa con la Jugoplastika y un espectacular contrato con la Benetton de Treviso por dos temporadas.
El partido que marcó el punto de inflexión en su carrera en Europa fue la final de la Copa de Europa ante el Limoges, una derrota muy dolorosa que le hizo tomar la decisión de hacer las maletas y cruzar el charco rumbo a unos Bulls campeones, en los que Michael Jordan se acababa de retirar y dejaba un futuro incierto en la franquicia. Dos años de peleas internas con Pippen para demostrar quién era el líder, antes del regreso de Jordan para poner a cada uno en su sitio y liderar un nuevo three-peat –tres anillos consecutivos–. En el primero de ellos, el del récord del 72-10 en liga regular, Kukoc fue nombrado mejor sexto hombre.
La segunda retirada de Jordan hizo que los jugadores se fuesen yendo, convirtiendo, en un año, al mejor equipo de la NBA en el peor. Kukoc seguirá una temporada más, antes de buscarse un futuro lejos de Chicago. Alargaría siete años más su carrera, jugando en Philadelphia, Atlanta y Milwaukee antes de retirarse. Un jugador de leyenda que demostró su polivalencia y conquistó Europa antes de hacerse un hueco en la mejor liga del mundo.
Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Gabinete comunicación JGBasket
Foto: NBA Photo
Publicado el 31 Julio de 2018
Revisiones el 18 Septiembre 2018 / 10 septiembre 2021
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