Está claro que en minibasket todavía no es el momento de definir claramente las posiciones de los jugadores porque los hay que tardan más en desarrollar mientras que otros crecen antes, por lo que no podemos cerrar las puertas a ningún jugador a que sepa hacer de todo. Lógicamente, hay jugadores más capacitados para ciertas cosas, pero no tanto por sus características físicas sino por las técnicas.

Hay jugadores que tienen un mejor manejo y bote de balón y decidimos que sean ellos los que se encarguen de subirlo, pero eso no quita que en los entrenamientos trabajemos el bote con todos y durante los partidos les podamos dar la responsabilidad de subir el balón a otros. ¿Eso implica que ese jugador sea el base del equipo? Pues, en mi opinión, no. Por el simple hecho de que no me gusta etiquetar desde tan pequeños a los jugadores, aunque es cierto que es el encargado de subir el balón, pero ser base implica algo más.

Otro ejemplo, ¿cuántas veces hemos visto al jugador más grande del otro equipo plantado en el medio de la zona con compañeros colgándole balones? ¿Es pívot? Pues no, simplemente su altura hace que algunos entrenadores le coloquen ahí, pero no se molestan en ir más allá, tratando enseñarle más recursos que solo coger el balón y tirar, lo que propicia que muchos tiros vayan desviados y que necesite de varias opciones para poder anotar.

Después de esto, el objetivo de este artículo es tratar de explicar la importancia del trabajo específico por posiciones desde pequeños, sin etiquetar a nadie. Es decir, todos tienen que tratar de aprender a hacer de todo, aunque luego a algunos se les pueda dar mejor un trabajo u otro. Puede haber jugadores más bajitos que tengan una muy buena coordinación de pies y jugando cerca de canastas sean más resolutivos por sus movimientos que un jugador bastante más grande que tira desequilibrado.

Os vamos a proponer una serie de pautas para realizar un trabajo específico por posiciones, recordando que todos tienen que pasar por todas, pero no solo en minibasket, a medida que vayan creciendo tienen que seguir ampliando su variedad de recursos para crecer como jugadores y no quedarse estancados.

En primer lugar, en el trabajo de bases daremos un principal protagonismo al manejo de balón, realizando muchos ejercicios en los que el jugador tiene que ser capaz de controlar el balón hacia delante, hacia atrás, sentándose en el suelo, levantándose…para luego ir un paso más allá y empezar a introducir los cambios de mano, tratando de acompañarlos de cambios de dirección y, sobre todo, de ritmo, cuidando la postura tanto del cuerpo como del balón para tener cierto equilibrio.

El uso de fintas con el cuerpo para engañar al atacante antes de realizar un cambio también resultan muy efectivas y es importante que las conozcan, así como atacar con bote en función de la defensa y, muy importante, empezar a tener unas nociones básicas de lectura de juego, para lo cual tienen que tener la cabeza arriba mientras botan viendo al resto de compañeros. Por último, no podemos olvidar el tema de los pases, de nada sirve que vean al compañero solo sin son incapaces de hacerle llegar el balón. Por eso, es importante que ya que estamos trabajando el bote sean capaces de empezar a dar el pase tras el bote, sin necesidad de agarrar el balón para ejecutarlo.

En cuanto a los exteriores, empezaremos con lo más básico, el trabajo de recepción. A partir de ahí, es importante el agarre de balón y el ajuste de las paradas para no cometer pasos y ser capaces de recibir orientados hacia la canasta. Para continuar con la lectura de la defensa. En este caso, a mí me gusta que si el atacante está bien orientado y el defensor hundido, lo primero que hagan es mirar el aro y, si es una distancia razonable, lanzar. Hay que crear jugadores que tiren, claro está, siempre en rangos de lanzamiento razonables y sin tener que modificar su mecánica de tiro.

Una vez que hayan recibido y observado la posición de la defensa, es el momento de trabajar las diferentes salidas y el manejo de balón tanto en el sitio como en movimiento para atacar la canasta. El hecho de dónde recibir resulta determinante para tener una buena ocupación de espacios.

En cuanto al trabajo con interiores, trabajaremos las recepciones de cara al aro y de espaldas, para continuar con movimientos a canasta tanto con bote como sin bote, insistiéndoles en que se encuentran en una zona de riesgo y cuantos más botes den, más fácil es que se la puedan robar. Es importante que se trabajen mucho los pivotes, porque es lo que les puede dar realmente ventaja, así como enseñarles diferentes finalizaciones específicas de las posiciones cercanas al aro, como pueden ser los ganchos.

Por último, tienen que aprender a moverse sin balón en función del pase o de la decisión que tome el jugador con balón, ya que muchas veces es el propio jugador interior el que entorpece la situación ventajosa de su compañero y colocarse para ir a por el rebote, insistiéndoles en que tienen que atacar el balón y no esperarlo.

Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Gabinete técnico JGBasket

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