Han sido muchos meses de esfuerzo, de una competición salvaje que llega a su cénit a principios de Marzo con el comienzo del March Madness, en el horizonte el sueño que todo jugador universitario desea alcanzar, la gloria de convertirse en héroe ante la mirada de todo un país volcado en este torneo.

Ante cerca de 80000 aficionados que llenaban el espectacular AT&T Stadium de los Dallas Cowboys, la Universidad de Connecticut , UConn, se alzó con su cuarto título nacional, coronando a Shabazz Napier como MVP de la final gracias a sus 22 puntos y 6 rebotes. En frente, los Wildcats de Kentucky, liderados por James Young (cuyo mate en el segundo tiempo es de lo mejor de la temporada, NBA incluida), y Julius Randle, hay que recordar que el roster dirigido por John Calipari es el más joven de los participantes en la fase final de la NCAA.

En una de las mejores ediciones de la NCAA, UConn no partía como favorita para la mayoría de los expertos. Por el camino hay que recordar que han dejado fuera a equipos a priori con mayores opciones al título como Iowa State, la poderosa Michigan State, o la gran favorita, la Universidad de Florida. Precisamente los Gators eran aspirantes a todo precisamente por contar con un quinteto veterano, cuatro de sus jugadores en su último año senior, pero Napier y DeAndre Daniels doblegaron el poderío físico de Florida en una semifinal muy disputada. Kentucky volvía a una fase final tras el fracaso de la temporada pasada, y lo hizo apeando a otras universidades con mayor potencial en partidos de infarto, se deshizo de la invicta Wichita State, de Louisville, y de Michigan, cualquiera de estos tres equipos estaba en todas las quinielas como posibles ganadores de la NCAA este año. Ya en Texas, en otro final agónico con triple milagroso de Harrison derrotó a Wisconsin. El duelo ante Uconn estaba servido, dos estilos diferentes, dos visiones frente a frente, y cuarenta minutos por delante para alcanzar la gloria.

Desde el primer momento Uconn se puso al frente en el marcador, dominando desde el perímetro, las pérdidas de balón de Kentucky permitieron alcanzar ventajas relativamente cómodas por encima de los diez puntos. En semifinales los Wildcats tan sólo perdieron 4 balones, en el primer tiempo casi habían triplicado esa cifra. Shabazz Napier dominaba el juego a partir de pick and roll, la verticalidad y ritmo electrizante de Ryan Boatright no encontraba respuesta por parte de los hermanos Harrison. Tan sólo el cambio defensivo de Calipari refugiándose en una defensa zonal permitió reducir las diferencias en el marcador, con Napier y Boatright atados en corto el despliegue físico en la pintura de Dakari Johnson y Randle permitió cerrar el flujo de anotación de los Huskies.

Ya en el segundo tiempo, Uconn también tiró de recursos defensivos, mostrando una defensa zonal que por momentos confundió a una Kentucky en la que sólo James Young parecía estar en el partido, la escasa aportación de Randle, bien controlado con segundas ayudas, permitió una mayor circulación por el perímetro, pero Aaron Harrison no estuvo tan acertado como en partidos anteriores. En el otro lado de la cancha la experiencia era un grado, y Nappier se convirtió en comandante en jefe sobre el parquet, posesiones largas y mejores selecciones de tiro permitieron la irrupción del alemán Giffey, que con dos triples terminó por destrozar las esperanzas de los Wildcats de acercarse en el marcador.

Una vez finalicen las celebraciones tocará mirar a la siguiente gran cita en Junio, el draft de la NBA en la que veremos cómo muchas de estas estrellas universitarias darán el salto al profesionalismo. Una buena camada de rookies irrumpirá en la NBA, pero se ha generado un gran debate en torno a si es o no recomendable subir el límite de edad para ingresar en la mejor liga del mundo, obligando a los jugadores a estar al menos dos años en universidad. La gran estrella de Duke y mejor jugador de la ACC, Jabari Parker, posible top 3, está meditando seriamente aplazar su salto para continuar su formación como jugador bajo las órdenes de Coach K. No es el único caso, Joel Embiid de Kansas reconoció tener esas mismas dudas, por el contrario ya hay confirmaciones de jugadores Freshman como Andrew Wiggins o Randle que se presentarán al draft de este año. ¿Están lo suficientemente preparados para dar el salto?. Los ejemplos de Anthony Bennett, Otto Porter, o Alex Len están muy recientes…

Otros nombres que darán que hablar en el futuro y que no han tenido oportunidad de desplegar todo su potencial en la fase final de la NCAA han sido Marcus Smart, un base-escolta estilo Westbrook, Noah Vonleh, Nik Stauskas de Michigan, Adreian Payne de Michigan State, o Kyle Anderson de UCLA. Si algo destaca esta generación es por jugadores cuyo recorrido NBA puede ser interesante, nombres como los de TJ Warren, el propio Napier, Aaron Gordon de Arizona, Rodney Hood de Duke , James McAdoo de North Carolina, o Perry Ellis de Kansas pueden ser objeto de deseo por las franquicias a final de primera ronda. Por último destacar el nombre del mejor jugador universitario del país, ganador del premio Naishmith, y John Wooden en 2014, y por tercera ocasión incluido en el mejor quinteto All American, y quinto máximo anotador histórico de la NCAA, el sensacional Doug McDermott de Creighton. Una mezcla entre Kevin Love, y Nowitzki. Queda ver cuál será su impacto en la NBA dado que es un jugador que por su altura y condición física no es capaz de defender a jugadores de perímetro en NBA, y le falta altura para fajarse en la pintura, su inteligencia y capacidad de liderazgo hará que encuentre su hueco en la mejor liga del mundo.

 

Por Alex Senra del Cerro.
Entrenador superior baloncesto.
Analista JGBasket

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