Cuando Michael Jordan habla, el mundo del baloncesto tiembla porque el gran líder se pronuncia y con sus últimas declaraciones no ha dejado indiferente a nadie. Ante el inminente comienzo de la NBA, Jordan lo tiene muy claro de cara al presente y futuro de la competición: “Va a haber uno dos superequipos y los otros 28 serán una basura y tendrán problemas para sobrevivir económicamente”.

Después de repetirse la final entre Cleveland y Warriors las últimas tres temporadas, equipos como Thunder, Rockets o Celtics se han reforzado en busca de acercarse al nivel competitivo de los dos cocos de la Liga. Golden State sigue siendo el gran favorito y no solo por mantener el bloque titular de la temporada pasada sino también porque su segunda unidad se ha reforzado con la llegada de Omri Casspi, Nick Young y el rookie Jordan Bell. Una temporada más de experiencia que ha servido para acoplar las piezas y convertirse en el rival a batir.

La incertidumbre viene desde Cleveland, las dudas por la continuidad de LeBron, la espantada de Kyrie Irving y la veteranía de una plantilla que no acaba de ilusionar a los aficionados, ya que Calderón, Frye, Jefferson y Korver no parecen los más apropiados para hacer sombra a los de Steve Kerr. Además, la llegada de Wade es una incógnita porque su mejor baloncesto parece ya historia. Además, el recambio de Irving, Isaiah Thomas puede que se pierde la mitad de los partidos de la temporada regular por su lesión de cadera. A pesar de todo, con su potencial y el bajo nivel del Este, la final de Conferencia parece prácticamente asegurada con el mínimo esfuerzo.

Su gran competidor en el Este serán los Celtics, que han sido los que más fuerte han apostado, ya que se han deshecho de Isaiah Thomas, una de las grandes revelaciones del último campeonato para configurar, diez años después de Ray Allen, Paul Pierce y Kevin Garnett, un nuevo Big Three configurado por Al Horford, Gordon Hayward y Kyrie Irving, que ha decidido emprender su propia aventura, lejos de LeBron. Los Celtics se han aproximado a Cleveland, pero tienen que ver si ese acercamiento sobre el papel se refleja en la cancha.

Lo que deja claro está temporada en la NBA es la gran desigualdad entre Conferencias, con la marcha de jugadores claves como Jimmy Butler, Paul George, Carmelo Anthony o Paul Millsap, el potencial de los equipos del Oeste es patente, de ahí que los propietarios de los equipos de esta conferencia presionasen durante el verano para que sean los dieciséis mejores equipos los que jueguen los playoff y no como hasta ahora, ocho de cada. Una sugerencia que parece aún muy lejos de hacerse realidad.

El equipo del que más se espera es Oklahoma, en el segundo año post-Durant, los Thunder se han reforzado a base de bien. Al MVP, Russell Westbrook, le han sumado a Paul George y a Carmelo Anthony, dos jugadores que pasaron de ser las estrellas de sus equipos a sumar en un proyecto que busca ganar ya. Otros que han dado un paso al frente han sido los Houston Rockets, que, a su jugador franquicia, James Harden, ha sumado otro All Star como Chris Paul. La idea del equipo es clara, darle un ritmo altísimo al juego, correr y tirar, similar a la que tienen los Warriors, lo que les convierte en un equipo atractivo de ver, pero con menos fiabilidad que los actuales campeones. Esto no ha empezado todavía, pero ya hay ganas de ver lo que puede deparar esta temporada NBA, en la que todos buscan derrocar a Curry y compañía.

 

Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Gabinete comunicación JGBasket

Foto: NBA Photos

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