El Unicaja de Málaga ha escrito su nombre en la historia del baloncesto español al conquistar, por primera vez, la Supercopa ACB. En una exhibición de poderío y consistencia, los malagueños derrotaron al poderoso Real Madrid con un contundente 90-80, dominando los cuatro cuartos del partido. Esta victoria no solo rompe la hegemonía blanca en la competición, sino que establece un nuevo hito para el club andaluz, que demostró su hambre de gloria de principio a fin.
Fue designado MVP de la Final Kameron Taylor de Unicaja con 22 puntos, 6 rebotes y 6 asistencias.
En una noche histórica para el baloncesto malagueño, el Unicaja ha logrado alzarse con su primera Supercopa Endesa, derrotando al todopoderoso Real Madrid con un contundente 80-90. Este triunfo no solo representa un hito para el club, sino que también marca un punto de inflexión en el panorama del baloncesto español.
Un proyecto en ascenso
El Unicaja de Málaga ha confirmado su estatus como una de las potencias emergentes del baloncesto nacional. Este título, el cuarto en apenas año y medio, es el testimonio de un proyecto sólido y ambicioso que ha sabido combinar inteligencia en los despachos con maestría en la cancha.
Bajo la batuta de Ibon Navarro, el arquitecto de este renacimiento, el equipo malagueño ha mostrado una evolución táctica y mental sobresaliente. La derrota en la final del año pasado contra el mismo rival parece haber sido la lección final que necesitaban para dar el salto definitivo a la élite.
Dominio desde el inicio
El partido fue un despliegue de baloncesto moderno por parte del Unicaja. Desde el pitido inicial, los malagueños impusieron un ritmo frenético que pilló completamente desprevenido al Real Madrid. El 10-0 inicial fue solo el preludio de una primera mitad donde llegaron a aventajar por 17 puntos a los blancos.
La clave del éxito residió en varios factores:
- Ritmo vertiginoso: El Unicaja apostó por un juego rápido y dinámico que desnudó las carencias defensivas de un Madrid aún en fase de acoplamiento.
- Dominio en la pintura: Yankuba Sima emergió como el héroe inesperado, superando incluso al imponente Tavares en ambos lados de la cancha.
- Acierto exterior: Con un Taylor estelar (22 puntos) y la puntería de Kalinoski en momentos clave, el Unicaja castigó la defensa madridista desde el perímetro.
Un Madrid sin respuestas
El conjunto blanco, habitualmente dominador en estas lides, se vio superado en todos los aspectos del juego. La ausencia de Hezonja y la falta de rodaje de las nuevas incorporaciones pesaron más de lo esperado.
Chus Mateo intentó reaccionar con cambios tácticos y rotaciones, pero el Unicaja tenía respuesta para cada ajuste. Ni siquiera la habitual remontada madridista en el último cuarto fue suficiente para inquietar a un Unicaja pletórico y convencido de su juego.
El factor Ibon Navarro
No se puede entender este éxito sin la figura de Ibon Navarro. El técnico vitoriano ha conseguido implantar una filosofía de juego moderna y atractiva, pero sobre todo, ha inculcado una mentalidad ganadora en un grupo que ahora cree ciegamente en sus posibilidades.
Su gestión del partido fue magistral, sabiendo cuándo acelerar y cuándo pausar el ritmo, y encontrando siempre al jugador en racha para los momentos decisivos.
Un futuro prometedor
Esta victoria no solo representa un título más para las vitrinas del Unicaja. Es la confirmación de que el proyecto iniciado hace un par de temporadas va por el camino correcto. Con una mezcla perfecta de veteranía y juventud, y un estilo de juego definido, el Unicaja se perfila como un serio aspirante a todos los títulos esta temporada.
El baloncesto español tiene un nuevo protagonista, y su nombre es Unicaja de Málaga. La Supercopa es solo el primer paso de lo que promete ser una temporada apasionante.
Actuaciones estelares
El triunfo del Unicaja fue fruto de un esfuerzo colectivo, pero es justo destacar algunas actuaciones individuales que marcaron la diferencia:
Kameron Taylor: El MVP indiscutible
Con 22 puntos y 6 rebotes, Taylor se alzó como el Jugador Más Valioso de la final. Su capacidad anotadora y su presencia en momentos clave fueron fundamentales para mantener a raya los intentos de remontada del Real Madrid. Taylor demostró por qué es uno de los jugadores más en forma del baloncesto español actual.
Yankuba Sima: El gigante inesperado
La actuación de Sima fue una de las grandes sorpresas de la noche. El pívot español se creció ante la presencia de Walter Tavares, dominando en ambas zonas del campo. Su doble-doble y su defensa intimidatoria fueron cruciales para el triunfo malagueño.
Kendrick Perry: El director de orquesta
Aunque las estadísticas no siempre reflejan su impacto, Perry fue el cerebro del equipo en la pista. Su gestión del ritmo de juego y su visión para encontrar a los compañeros mejor posicionados fueron claves en el sistema ofensivo de Ibon Navarro.
Tyler Kalinoski: El francotirador decisivo
Kalinoski demostró nuevamente su fiabilidad desde el perímetro. Sus triples en el último cuarto, especialmente el que puso el 73-77, fueron puñales para las aspiraciones madridistas. Su acierto en los momentos de presión fue determinante.
Alberto Díaz: El guardián silencioso
El base español, aunque menos visible en el apartado ofensivo, fue crucial en defensa. Su marcaje sobre jugadores clave del Madrid, especialmente en los minutos finales, ayudó a mantener la ventaja cuando más apretaba el equipo blanco.
Un esfuerzo colectivo
Más allá de las actuaciones individuales, lo que realmente destacó fue la cohesión del equipo. Cada jugador del Unicaja entendió y ejecutó su rol a la perfección, desde los titulares hasta los que salieron desde el banquillo. Esta victoria es el reflejo de un grupo que ha madurado juntos y que ahora recoge los frutos de su trabajo y dedicación.
El éxito del Unicaja no solo reside en el talento individual de sus jugadores, sino en cómo estos talentos se complementan y potencian mutuamente bajo el sistema de Ibon Navarro. Esta Supercopa es solo el comienzo de lo que promete ser una temporada emocionante para el baloncesto malagueño.
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Redacción JGBasket
Foto portada: acb Photo / Emilio Cobos
