“Ganar el entrenamiento, ganar el partido”. Parece sencillo, pero resulta más complicado de lo que puede aparentar. Juanjo Hernández Liras, entrenador superior de baloncesto y Director Técnico del Colegio San Agustín, es un veterano en el campus JGBasket y bajo ese título, ofrecerá una charla con la que tratará de motivar a los jugadores para que acudan con ganas a cada entrenamiento, ya que “si van motivados y les gusta lo que hacen, van a aprender mucho más”.

Está claro que es más fácil captar la atención cuando generas interés. Pero por mucho interés que pongan los jugadores, la labor del entrenador es básica, ya que “si no se realizan sesiones atractivas y motivadoras, independientemente de lo que trabajen, no van a conseguir captar la atención”. Es un trabajo diario que conlleva un compromiso, “tiene que ser el primero en tener los entrenamientos preparados, en estar implicado, participando y corrigiéndoles”.

A los jugadores hay que “hacerles soñar” día tras día. Hay muchos jugadores que entrenan tres días a la semana y no lo valoran porque lo ven como una rutina y, a veces incluso les aburre, mientras que “el que tiene poco, lo valora casi todo”. Por eso, independientemente de los días que entrenen, si se les genera ilusión y expectación, “reciben un impulso que también ayuda al entrenador a soñar”.

Es cierto que no se puede motivar igual a todas las edades. En niños más pequeños, como reconoce Hernández, es “más fácil”, ya que “con mostrarles cariño es suficiente”. El problema surge cuando se van haciendo mayores. A estas edades es importante “exigirles”, pero a la vez hay que “saber escucharles, hacerles ver que te importan”. La combinación de ambos aspectos resulta decisiva.

Para que los jugadores te respeten, “hay que demostrar autoridad”. Está comprobado que “a nadie le gusta fallar a alguien a quien respeta”. Hay que ir incentivando pequeños hábitos desde el principio para crear una “educación baloncestística”. Por ejemplo, cuando alguien habla, todos escuchan. Hacerles ver que hay que respetar para ser respetados. Es importante que el entrenador tenga carácter, pero “si pierde los nervios, se genera una tensión que se vuelve negativa y puede acabar con todos lo positivo que se había generado”. Se tiene que ser comprensivo con el error y controlar el carácter para “transmitir una imagen y ser un ejemplo de cordura, aportando así cosas positivas”, apunta el Director Técnico de San Agustín.

El partido es “la fiesta”. Pero, el jugador debe tener “un incentivo durante la semana y no esperar solo a que llegue el fin de semana, porque si es así, algo está fallando”. Además, el partido tiene que ser para disfrutar, independientemente del resultado, “siempre hay que ver la parte positiva, buscar un aliciente, porque si perder resulta un drama, nunca se va a mejorar”.

En resumen, “motivación, respeto y autoridad” son las claves de Juanjo Hernández Liras para ganar el entrenamiento.

 

Por Victor Escandón Prada.
Gabinete comunicación Campus JGBasket

 

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