Después de repasar los errores más básicos que los jugadores cometen a la hora de defender, llega el momento de corregirlos. Por mucho que los entrenadores nos desgañitemos insistiendo a nuestros jugadores que no den la espalda a su atacante o que no se peguen tanto, nos olvidamos que no son conscientes de su ubicación en el campo y que les suena a chino el triángulo defensivo.

Cómo trabajar entonces estos aspectos para que los asimilen desde pequeños. Lo importante es incidir en estos aspectos desde el inicio, no dando por sentado que saben dónde colocarse. Desde pequeños sólo persiguen el balón y todos van a defender al del balón, hay que quitar ese hábito. Para ello, nos tenemos que empezar a contradecir en nuestras primeras explicaciones. Tenemos que hacer ver que la defensa conlleva una responsabilidad individual cuando, en realidad, lo que queremos es que la defensa de nuestro equipo sea colectiva.

Empezaremos por un ejercicio sencillo para hacerles ver que no pueden dejar pasar al atacante. Reduciremos el espacio de ataque con dos conos, obligando al atacante a pasar entre ellos, es una forma de que sean conscientes de que tienen que impedir que el jugador con balón avance, no retrocediendo ni haciendo un paso de caída que abra la puerta hacia la canasta al atacante. Ejercicio 1

Los conos, colocados en paralelo, sirven también para que el desplazamiento de los jugadores sea lateral, dando la espalda a la canasta, ya que es la posición en la que más espacio ocupan. Y así les exigimos que lleguen antes que el atacante para evitar que pasen. Este ejercicio nos ayuda a que se conciencien y traten de anticiparse al atacante y pisar la línea de banda o fondo para evitar que siga avanzando, evitando el paso de caída. Podemos ir jugando con la distancia entre conos para exigir más a nuestros jugadores en defensa.

Otro tema importante es el de la recuperación defensiva. Los jugadores asimilan que para defender tienen que desplazarse lateralmente y cuando les superan, siguen desplazándose lateralmente. Tenemos que hacer hincapié en que, una vez superados, tienen que recuperar de la forma más rápida y esa no es otra que esprintando. Los jugadores tienen que ver que esa es la manera más sencilla de poder recuperar, si no va a ser muy difícil que la empleen. Hay veces que vale más perder un poco más de tiempo en una explicación que sea convincente que pasarlo por alto y dar por supuestas algunas cosas.

Os vamos a proponer dos ejercicios para poder trabajar. En el primero, sólo vamos a tratar de recuperar y llegar a ponernos delante. Colocaremos a nuestros jugadores, si es posible todos con balón, distribuidos en dos esquinas opuestas del campo. Sólo un jugador, el defensor, en la esquina opuesta al primer jugador que vaya a salir. El objetivo del atacante es, por supuesto, anotar, y el del defensor, tratar de llegar a ponerse delante. Una vez que el atacante tire, el jugador con balón de la fila más cercana a la canasta en la que se ha producido el lanzamiento, sale en velocidad para anotar. El jugador que ha lanzado tiene que tratar de recuperar defensivamente. Con esto, lo que conseguimos es que nuestros jugadores asimilen que después de atacar tienen que defender. A parte de la defensa, también trabajan la velocidad de reacción. Ejercicio 2

En el segundo ejercicio, intercalaremos trabajo de recuperación y deslizamiento defensivo. Ahora vamos a distribuir a los jugadores en dos esquinas del mismo campo. A un lado estarán los atacantes y al otro, los defensores. Vamos a colocar setas o conos para que ambos jugadores realicen un trabajo previo al 1c1. Por un lado, los atacantes trabajarán el bote lateral y cambios de mano –podemos hacerles, por ejemplo, que en cada cono hagan uno diferente para que los trabajen todos–. Por su parte, los defensores esprintarán en diagonal hacia el primer cono y se deslizarán lateralmente hacia el siguiente y así hasta el final. Ejercicio 3

Es decir, hacia los conos del lado izquierdo del campo siempre irán esprintando para llegar a recuperar, mientras que, una vez recuperado, hacia el lado derecho se desplazan lateralmente. Cuando lleguen al último cono, se produce ya una situación real de 1c1 y el defensor tiene que esprintar para tratar de llegar a ponerse delante del atacante. Podemos aprovechar a la vuelta para, en el espacio entre conos, invertir la situación del 1c1 –el atacante pasa a defender y el defensor, a atacar–. Ahora nos encontramos con una situación similar a la que explicamos en el primer ejercicio del artículo, en el que el atacante tiene el espacio limitado y el defensor tiene que tratar de evitar que pase.

 

Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Gabinete técnico JGBasket

Publicada el: 16 Oct de 2015 @ 22:45
Revisado el: 8 Sep 2018

 

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