Como entrenadores cuando afrontamos una nueva temporada, aunque conozcamos el equipo que vamos a entrenar, empezamos a pensar en qué objetivos nos vamos a proponer y cómo los vamos a trabajar para cumplirlos. Lo mismo sucede con el tipo de sistemas que queremos emplear. Lógicamente, en función del nivel de conocimiento del juego de nuestros jugadores, podremos trabajar sistemas más elaborados o no.
Muchas veces vemos equipos que tienen jugadores que casi no saben ni botar y se pasan mandando jugadas todos los ataques, lo que crea jugadores-robots que se mueven donde les haya dicho el entrenador, perdiendo creatividad y, sobre todo, opciones de ataque, ya que, cuando son más pequeños, no saben romper la jugada y leer las ventajas. Por eso, es más importante, sobre todo en las categorías de formación, establecer unas reglas básicas de ataque y dar libertad ofensiva a nuestros jugadores.
Cuando nuestros jugadores ya tienen un conocimiento básico de la ocupación de espacios, pasan y cortan, y dividen y doblan; la evolución puede ser establecer un sistema de juego universal, que les sirva tanto para atacar defensas individuales como zonales, ya que, cada vez es más frecuente, que haya equipos que defienden en zona desde infantiles y tener las ideas claras facilitará mucho el trabajo ofensivo del equipo.
Lo primero que tenemos que hacer a la hora de elaborar un sistema de juego universal para nuestro equipo es definir los conceptos que queremos introducir. En este caso, vamos a fomentar el 1c1, que, siempre, los jugadores tengan dos opciones claras de pase cambiar el balón de lado para atacar, equilibrar el juego interior y exterior, circular el balón con fluidez, y juego en el lado sin balón. También podríamos llegar a introducir bloqueos directos e indirectos.
Partiendo de una posición inicial de 1-2-2, los aleros trabajan para recibir, cuando uno de los dos reciba el pase, el base (1) corta a la esquina contraria, el poste del lado del balón tratará de recibir en el poste bajo, mientras que el del lado contrario cortará al poste alto del lado con balón. Tenemos que darles libertad a nuestros jugadores, por lo que hay que fomentar que ataquen el aro. Si el alero decide atacar, ha de hacerlo siempre por el lado contrario de donde recibe, por lo tanto el poste bajo, cortaría hacia el lado contrario. Si le metiesen el balón interior, la primera opción es que el poste se la juegue.
En el caso de que el pase llegue a 4, éste tiene varias opciones, en primer lugar, atacar el aro, bien con un tiro o bien con una penetración. También puede jugar entre postes o invertir el balón, directamente o doblando para pasarlo. Al querer equilibrar el juego exterior-interior, siempre tenemos que tener un jugador que ocupe el poste bajo del lado con balón. Por eso, cuando 4 invierta el balón, el poste del lado contrario cortará por línea de fondo hasta el poste bajo contrario.
Si el balón lo tiene 3 y no puede meter el balón interior, el alero del lado contrario (2) trabaja para recibir en la prolongación del tiro libre y puede intercambiar posiciones con 4 para realizar una puerta atrás o un corte desde el lado débil al aro.
Siempre que mantengamos las normas básicas establecidas y marquemos a nuestros jugadores que el principal objetivo es anotar canasta, buscando siempre la situación más ventajosa, podremos implantar múltiples alternativas a nuestro ataque universal.
Por Víctor Escandón Prada
Entrenador superior de baloncesto. Periodista
Gabinete técnico JGBasket
Publicada el: 12 Abr de 2017