Cuando uno comienza como entrenador hay muchas cosas que se dan por supuestas que se saben y, en realidad, se desconocen. El haber sido jugador o un apasionado del deporte de la canasta no es suficiente para conocer los entresijos de ponerse delante de un grupo de jugadores. Desde JGBasket os recomendamos el manual para monitores y entrenadores de baloncesto Dos más uno, de Millán Brea Castro.

Para empezar, en el manual se expone que “la motivación” ha de ser el principal recurso que debe tener el entrenador para desarrollar su trabajo, sabiendo que será “un referente para los jugadores y no creerse superior a ellos, intentando hacer valer su opinión más que la del resto”.

Lo más normal y más arraigado en los clubes y colegios es que el primer equipo que lleve un entrenador novel sea un benjamín o alevín. Estamos hablando de edades comprendidas entre los 8 y los 12 años. De ahí que sea esencial planificar la temporada, teniendo como aspectos a tener en cuenta que “se motiven, aprendan y diviertan”. Cuando uno empieza es básico que pregunte todo aquello que no sepa, que observe y tenga interés por aprender.

Parece obvio, pero un equipo de baloncesto es un grupo de personas, en la mayoría de los casos niños. Por eso, hay que saber cómo tratarles y la primera impresión resulta fundamental, ya que desde el primer día “se pueden dar mensajes valiosos para la puesta en marcha del equipo”. Podemos ir introduciendo en el primer entrenamiento las pautas que vamos a seguir a lo largo del año, pero, poco a poco, tampoco vamos a saturar a los jugadores en la primera sesión.

Dentro de estas pautas a seguir en los entrenamientos, el autor destaca la puntualidad, haciendo hincapié que “al jugador hay que aclararle qué es ser puntuales y explicárselo por si ningún entrenador antes lo había hecho”. No hay que parar mucho el ritmo de los entrenamientos con charlas interminables, es aconsejable mandar “mensajes directos y cortos para correcciones durante los ejercicios y charlas para análisis y reflexión tres veces como máximo por entrenamiento”.

En el libro se apuesta por el refuerzo positivo, ya que, por desgracia cada vez se reconocen menos los méritos, por eso “apostar por la mejora a través del apoyo positivo de quien trata de enseñarte, es innegociable”. En definitiva, un buen manual para los que empiezan y quieren aprender, aunque no cabe duda que no hay mayor aprendizaje que la experiencia.

 

Por Víctor Escandón Prada
Entrenador superior de baloncesto. Periodista
Gabinete técnico JGBasket

 

Puedes encontrar el Manual didáctico para monitores/as de baloncesto en Basketspirit

 

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