Lo bueno de jugar todos los días es que no hay margen para pensar y darle vueltas a la cabeza. Lo que un día es blanco al otro puede ser negro y viceversa.
Eso bien lo sabe España que, tras las críticas a los de Orenga después de su victoria ante la República Checa y en menos de 24 horas, vieron como les llovían los halagos después de vencer y convencer frente a Polonia, a la que dejaron al descanso en 13 puntos.
Pero a veces es muy difícil resetear y el bagaje anterior pesa y mucho. Rusia dependía, en parte, de ella misma para clasificarse, tenía que ganar sus dos partidos y esperar que Grecia ganase a Finlandia. Algo, a priori, asequible, pero fallaron en la primera de las premisas. Finlandia, una de las sorpresas agradables del campeonato, se impuso a los rusos y les dejan con cero victorias. El Rusia-Turquía de la última jornada va a ser un amistoso para ambos, que llegan sin ninguna opción y con la sensación de haber fracasado.
Francia, que comenzó la competición perdiendo, tiene pinta de que, tras vencer a Ucrania –invicta hasta el momento– pasará a la siguiente fase con cero derrotas, superando el trauma inicial, ya que Alemania, después de dar la campanada en la primera jornada, no ha vuelto a ganar partido.
En el duelo de invictos, Italia se impuso a Grecia con una gran actuación de Belinelli, que anotó 25 puntos y guió a los transalpinos al liderato del grupo D. Más igualado está el grupo B, en el que quedará todo por decidir para la última jornada. Por su parte, en el grupo de España, Croacia acabó con la imbatibilidad eslovena en la prórroga y todo apunta a que, junto con el combinado español, sean los tres equipos clasificados.
Por Víctor Escandón Prada
Periodista y entrenador superior baloncesto
Analista Eurobasket para JGBasket
Foto: FIBA Europe