¿Qué les pasa a los Lakers? Una pregunta que suena cada vez con mayor fuerza, tras acumular su undécima derrota consecutiva, ocho en pretemporada y tres en lo que va de Liga. Las excusas se van acabando y empiezan a surgir las dudas, incluso para Kobe Bryant que, antes de la derrota ante los Clippers, insistía en que “se callen y nos dejen trabajar”.

Es cierto que, a priori, el quinteto titular de lujo de los angelinos (Nash, Bryant, Metta World Peace, Gasol y Howard) sólo ha podido disputar tres partidos, pero ahí no reside el problema. El mal endémico de los pupilos de Mike Brown sigue estando en el banquillo y, no solo por su técnico, si no porque los jugadores reservas, al igual que en las últimas temporadas apenas aportan y sus apariciones en la pista son testimoniales.

La forma de jugar parece también que no es la más idónea para las estrellas de Los Ángeles. Con la llegada de Brown, el técnico intentó sistematizar el juego de su equipo, dejando menos libertad a sus jugadores que en la época de Phil Jackson, lo que el año pasado provocó por momentos un atasco ofensivo, que sólo la inspiración de Kobe lograba salvar.

Para esta temporada, la franquicia de Jerry Buss se hizo con los servicios de Eddie Jordan, ex entrenador de Washington y Filadelfia, para tratar de implantar los sistemas ofensivos de Princeton, pero lejos de lograr los resultados esperados, el ataque no está dando sus frutos y promedian en lo que va de temporada, más de diecinueve pérdidas de balón por encuentro. Está claro que necesitan tiempo para adaptarse al nuevo estilo de juego y no será fácil si los resultados siguen sin llegar.

Aún así, las críticas empiezan a apuntar con fuerza a los inquilinos del banquillo del Staples Center, ya que su estilo no es, precisamente, el que mejor se adapta a su base, Nash y en muchas ocasiones, los pívots tienen que salir a situaciones exteriores, lo que les aleja de las posiciones de rebote. Charles Barkley no ha perdido la oportunidad de sacar tajada del mal comienzo de los Lakers y usó su particular ironía para ridiculizar al ex entrenador de Wizards y 76ers al señalar que de “Princeton lo que salen son buenos economistas”.

Hay que dar un voto de confianza a este equipo para que vaya encontrando su ritmo y estilo de juego y para que las nuevas incorporaciones, Nash y Howard, se integren en el equipo y conformen un bloque sólido y competitivo. A pesar de firmar el peor inicio en la historia de la franquicia, igualando el de 1978, hay motivos para la esperanza, ya que los Bulls, de Jordan, comenzaron también 0-3 en la temporada 90-91 y acabaron llevándose el anillo de campeones, pero no hay que irse tan lejos para recordar el primer año del Big Three de Miami que, aunque no realizó una gran temporada, acabó logrando el subcampeonato de la NBA.

La temporada no ha hecho más que comenzar y todavía les quedan 79 partidos de la liga regular más los que puedan disputar de playoff. Un camino largo para un equipo muy veterano (Nash, 38 años; Bryant, 34; y Metta World Peace y Gasol, 32), cuyo objetivo es llegar en el mejor estado de forma al último mes de competición y para eso, aún queda mucha tela que cortar.

 

Por Víctor Escandón
Gabinete comunicación JGBasket

 

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