Después de un verano plagado de éxitos de las selecciones femeninas de baloncesto –4 oros en 4 campeonatos de Europa–, es hora de conocer las claves de estos triunfos y que mejor forma de hacerlo que viendo cómo se trabaja en las categorías inferiores de uno de las mejores canteras españolas, Rivas Ecópolis, de la mano de Diego Blázquez, entrenador del equipo cadete subcampeón de España.

Tras diez años en Corazonistas y con una amplia experiencia en el baloncesto madrileño, Blázquez decidió cambiar de aires y recayó en Rivas. Después de tres años ha logrado llevar a su equipo a pelear por el campeonato de Madrid y de España.

– ¿Cómo se planifica la temporada en las categorías inferiores en un club como Rivas?

– En Rivas todo gira en torno a una sola idea: crear jugadoras para el equipo de Liga Femenina. Y bajo esta premisa se elabora cada mes de la temporada y cada día de la pretemporada. Es un engranaje enorme y complejísimo del que apenas se ven unas cuantas muescas desde fuera.

Todo está orientado a que la jugadora sea mejor, y si para eso hay juniors que tienen que entrenar con el LF, cadetes con juniors e infantiles con cadetes hasta el momento que sea de la temporada, pues así debe ser. Lo cierto que al principio cuesta adaptarse, pero al final todos esos engranajes van encajando, el trabajo se ve y van llegando los resultados. Las jugadoras mejoran y dan un pasito más en ese camino hacia el equipo senior del club.

En el aspecto de la planificación hay que tener en cuenta todas estas variables, saber qué días no tendrás a ciertas jugadoras y tendrás a otras y sobre todo, que todas aprovechen cada minuto de entrenamiento que realizan con el equipo “de arriba”, sea cuál sea éste. Que estén preparadas para asumir roles diferentes en distintos equipos y se integren perfectamente con el grupo de trabajo.

– Ha sido a nivel personal una temporada muy exitosa, subcampeón de Madrid y de España cadete, ¿cómo se llega a hacer que un equipo alcance ese nivel?

– No hay una receta mágica para que un equipo juegue la final de un campeonato de España. Cualquier entrenador trabaja cada día para que sus jugadoras sean mejores. Algunos tenemos la suerte de trabajar con mejor material humano que otros, y a partir de ahí, es la calidad de los entrenamientos la que determina lo que va a ocurrir. Pero al final los partidos de baloncesto los juegan y los dirigen personas, y un día te puede salir todo y otro día no. Ni mucho menos el equipo iba peor entrenado a esa Final Four que perdimos que a ese Campeonato de España, que también perdimos, pero con diferente sabor y repercusión. En Madrid, el día clave no salió nada, y en Guadalajara el día clave (cuartos de final contra Sant Adriá), el equipo funcionó. Todas esas horas de mucho y muy buen trabajo se vieron por fin justamente reflejadas en esos 40 minutos. Y también en los dos posteriores partidos, donde el equipo volvió a jugar a un nivel altísimo. Al nivel para el que estaba preparado.

– ¿Qué conceptos cree que son básicos trabajar a estas edades?

– Yo soy un enfermo de la técnica individual, y por encima de la táctica colectiva creo mucho más en la táctica individual, y creo que esa fue la clave de ese partido. Cada jugadora supo cómo hacer lo que tenía qué hacer (técnica individual ofensiva o defensiva) en cada momento del partido y cada espacio del campo dependiendo de quién tenía enfrente o al lado (táctica individual). Soy de los que piensan que el baloncesto es el deporte colectivo por excelencia basado en la calidad individual de cada uno de los integrantes de un equipo. Cuando cada jugadora pone al servicio del equipo su talento para lograr un objetivo es cuando puedes decir que has logrado formar un equipo de baloncesto.

Quizás ese concepto, sea el más importante. Cada una sabía lo que debía sumar. Conseguimos involucrar a todas en un proyecto como jamás habían vivido, tanto a las que jugaban 30 minutos como a las que jugaban 5. Todas tenían claro por qué y para qué estaban allí. Ese fue el secreto, y fue posible gracias a muchos intangibles que no tienen que ver ni con balones ni con canchas de entrenamiento. La empatía, la motivación, la asignación y aceptación de roles y sobre todo el asumir un objetivo personal y convertirlo en colectivo. Cuando el “yo” queda a un lado y aparece el “nosotros” el éxito queda mucho más cerca de lo que pensamos.

– Ahora que nos encontramos en pretemporada, ¿qué le gusta trabajar en este periodo?

– Las pretemporadas dependen de las situaciones. No es lo mismo el año pasado, que ya había trabajado una temporada previa con 9 de las jugadoras y sólo hubo 2 incorporaciones, que este año, que recibo 12 jugadoras de diferentes generaciones que no se conocen mucho entre ellas, ni ellas a mí ni yo a ellas. En este caso, está claro que lo primero es evaluar lo que tienes. Ejercicios sencillos donde seas capaz de detectar virtudes y carencias. Porque dentro de poco tiempo tendré que explotar esas virtudes, reforzar esas carencias, y lo más importante, ver cómo las virtudes de unas pueden ayudar a mejorar el rendimiento colectivo. Este año estoy grabando todos los entrenamientos de pretemporada, y analizando luego en casa los gestos, los espacios, la toma de decisiones en ejercicios de 1×1 y 2×2. El vídeo es una herramienta poderosísima. Siempre se habla del scouting, pero el mejor scouting es el propio, el que haces de tu equipo, de las jugadoras y de ti mismo.

Pero además creo que hay algunos fundamentos que es necesario trabajar mucho en pretemporada, y uno de ellos es el tiro. Tenemos que crear tiradoras desde el principio, hacer que pierdan ese miedo a tirar cuando están solas, por eso cuando hacemos ruedas de bote, pases, etc … en pretemporada suelo obligar a que finalicen todos esos ejercicios con tiro, desde muy diferentes posiciones. Van a fallar mucho, lo sé, y depende de la categoría van a fallar todavía más, pero el tiro exterior es un trabajo a largo plazo, terminará dándote resultados, pero tienes que empezar desde el primer día: mecánica y situaciones. Que a la jugadora le guste tirar y se sienta cómoda haciéndolo, por supuesto, haciéndolo bien.

Por último, y en situaciones como la que he descrito de este año, el que las jugadoras se conozcan es vital. Dentro del campo son diferentes que fuera de él, y deben conocerse en ambos sitios. Por lo tanto, actividades como torneos de un día entero, algún viaje, comidas o cenas y alguna dinámica de grupo siempre son necesarias o positivas. Son personas con las que vamos a estar muchas horas juntas, en necesario estar a gusto entre ellas.

 

Entrevista realizada a Diego Blázquez por Víctor Escandón Prada

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