Cuando ganar se convierte en una obligación, cualquier otro resultado es un fracaso. Con esa presión salió España a jugar y nunca se encontró cómoda. Los fantasmas de la final del Europeo 2007 empezaron a sobrevolar el pabellón y los peores presagios se confirmaron. Los oportunistas saldrán ahora diciendo que si Orenga, que si los triples, que si Ibaka y Marc… Lo único claro es que los franceses, con Collet a la cabeza y sin Noah ni Parker, dieron un repaso a los españoles tanto en el parqué como en el banquillo. De nada sirvió ganarles en la primera fase por más de veinte puntos. Ésta era otra película y ellos fueron los justos vencederos. Nadie esperaba este final para la mejor generación de jugadores españoles de la historia.

Parece que Serbia ha reservado su mejor versión para los cruces. Cuarta en su grupo ha superado a Grecia y Brasil con más facilidad de lo previsto. Liderada por un gran Teodosic, que volvió a decidir un partido de cuartos de un Mundial después de eliminar a España en 2010 con un triple, supo usar sus armas y desactivar el potente juego interior brasileño. Splitter (3 puntos) e Hilario (4 puntos) no estuvieron cómodos en ningún momento y su equipo lo pagó en exceso. El único consuelo que les queda a los de Magnano es que fueron capaces de superar a su bestia negra, Argentina.

Estados Unidos mete miedo a sus rivales. Tienen en mente ganar el Mundial, aunque, a veces, parece que estén de vacaciones. Los jugadores norteamericanos no han necesitado asesoramiento de los Jordan, Magic, Bird y compañía para disfrutar de Barcelona. Después de eliminar a México, gozaron de un día de descanso en la playa, divirtiéndose como niños con las motos de agua y jugando al vóley playa. Por la noche, también se dejaron ver por la Ciudad Condal, algunos en discotecas y otros en el Casino. El resultado, paliza a Eslovenia.

Esperemos que no les pase factura y no salgan a celebrar el título la noche antes de la final y, al día siguiente, acaben perdiendo. No sería la primera vez que pasa. La soberbia quizá sea el único pero que se le puede poner a un equipo que, venga quien venga, demuestra que es muy superior al resto.

Lituania será su rival en semifinales. Sin Kalnietis, por lesión, su papel en esta competición parecía destinado a ser testimonial, pero su historia está llena de éxitos y sus jugadores siempre se exprimen al máximo para dar lo mejor de sí mismos. Seibutis, Maciulis y Valanciunas han cogido el testigo, llevando a sus rivales al límite, desgastándoles para acabar llevándose la victoria. Así eliminó a Turquía y Nueva Zelanda. Para deshacerse de Estados Unidos tendrán que ofrecer algo más y apelar al espíritu de los Juegos Olímpicos de Atenas, en donde pusieron contra las cuerdas a los estadounidenses en sus dos choques. A falta de Jasikevicius –líder de aquel equipo–, Darjus Lavrinovic podrá contarles a sus compañeros cómo fue aquella experiencia.

Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Analista Mundial 2014 para JGBasket

Foto: FIBA

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