Sergio Llull. Jugador del Real Madrid en partido ante UCAM MurciaLos equipos de baloncesto son como los alimentos, no todos necesitan el mismo tiempo de cocción y eso se suele notar al principio de temporada. Hay algunos conjuntos que todavía están poco cocinados –trabajados– y cuesta digerir su juego. Nuevas incorporaciones, cambio de entrenador, son algunas de las principales causas de que no estén en su punto.

Pablo Laso parece que ha sido el que mejor ha dado con el punto de ebullición de su equipo en este inicio. Tras cuatro victorias contundentes (2 en ACB y 2 en Euroliga) les tocó sufrir para vencer a Murcia, pero los condimentos (Bourousis o Mejri) cada vez van encajando mejor en el plato principal. Es cierto que cuando el producto es de gran calidad (Sergio, Llull o Rudy) es más fácil garantizar el éxito.

Más difícil le está resultando a Xavi Pascual mezclar sus ingredientes. Hay jugadores que, todavía, no se han adaptado al equipo y otros, como Navarro, que siguen sin encontrar su punto óptimo. Esto no tiene porque ser negativo, ya que el año pasado sin ir más lejos, los azulgranas comenzaron arrasando en todas las competiciones y acabaron llegando pasados al final de temporada, lo que provocó que, en el momento decisivo, no estuviesen a la altura, perdiendo Liga y Euroliga.

Mención aparte para los equipos canarios, con una mezcla de productos nacionales y veteranos contrastados están intratables y cuentan sus partidos por victorias. Sekulic y Nacho Martín estuvieron colosales y, con 41 y 40 puntos de valoración respectivamente, fueron una pesadilla para sus rivales, incapaces de pararles.

Esto no ha hecho nada más que comenzar. Por eso, nadie mejor que los entrenadores para cocinar un plato que les asegure lograr sus objetivos y hacer disfrutar a los comensales de la pasión por el baloncesto.

 

Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Analista Liga Endesa para JGBasket

Foto: ACB Photo / J. Bernal

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