El Barça forzó el quinto partido con un triunfo basado en la defensa y en la superioridad de sus jugadores interiores. Por primera vez en la eliminatoria, los de Xavi Pascual dominaron el rebote (36 a 23), impidiendo al Madrid desplegar su juego. La única nota negativa para los azulgranas fue la lesión de Navarro, que se retiró cojeando. Los de Laso tendrán que recuperar la mejor versión de Rudy y Carroll si quieren hacerse con el título.

Los madridistas, sabedores de la superioridad que sus jugadores interiores habían demostrado hasta el momento en la serie, comenzaron desde el primer minuto abasteciendo de balones en la pintura a Begic. La aportación del pívot blanco y el acierto de Rudy mantenían a los de Laso en ataque, mientras que Tomic, con 14 puntos en el primer cuarto (7/7 en tiros de campo), daba las primeras ventajas a su equipo (15-10).

El Barça había llevado el partido a su terreno, dominando claramente el rebote y no dejando correr a su rival. Las segundas opciones ofensivas desangraban la defensa madridista y permitían a los culés lograr su máxima renta (27-19). La entrada de Sergio Rodríguez y Felipe Reyes cambió la dinámica blanca. El base, con su gran visión de juego, facilitaba la labor a sus compañeros, que encontraban, ataque tras ataque, mejores opciones de tiro. Por su parte, el gran capitán siempre da un plus más de intensidad a su equipo, que empezó a controlar el rebote. El Chacho cerró la primera mitad con un triple que rubricaba su gran segundo cuarto y dejaba el choque en un puño (34-32).

Como ya viene siendo habitual esta temporada, Draper cogió las riendas del Madrid al comienzo del tercer cuarto, anotando un triple y aportando en defensa. Huertas cogió el testigo anotador de Tomic y Oleson volvió a abrir una pequeña brecha a favor del Barça (47-41). Rudy seguía negado desde el triple (0/16) y Navarro, que tampoco hoy estaba muy acertado, tenía que abandonar la pista cojeando. Sin mucho baloncesto y con la presión de tener que ganar o ganar, los azulgranas afrontaban los últimos diez minutos con cuatro puntos de ventaja (49-45).

Como si de una repetición del tercer partido se tratase, la primera jugada del último cuarto finalizó con un balón interior para Darden que imponía su poderío ante su defensor para anotar. La ausencia de Navarro obligaba a sus compañeros a emplearse a fondo en ataque. Seis puntos de Mavrokefalidis y un triple de Huertas ponían nueve arriba a los azulgranas (58-49). El partido ya se había convertido en una auténtica batalla y cada balón se peleaba como si fuese el último, haciendo de cada canasta un tesoro.

El Madrid tenía que agotar sus últimas cartas si quería celebrar el título en el Palau y lo intentó con su habitual defensa 1-2-2, con la incursión de Darden en punta en lugar de Slaughter, lo que le dio sus frutos y, con un parcial de 1-7, se volvieron a meter en el partido (63-61). Los tiros libres iban a ser vitales y, desde ahí, el Barça no falló. Una técnica a Rudy acabó con las esperanzas blancas. Habrá quinto partido. La emoción está servida.

 

Barcelona Regal, 73 (23+11+15+24). Huertas (11), Navarro (7), Rabaseda (-), Lorbek (11) y Tomic (18) –quinteto titular–. También jugaron: Sada (2), Jasikevicius (-), Ingles (-), Mavrokefalidis (10), Oleson (7), Wallace (2) y Todorovic (5).

 

Real Madrid, 62 (17+15+13+17). Llull (9), Rudy (8), Carlos Suárez (-), Mirotic (6) y Begic (4) –quinteto titular–. También jugaron: Draper (7), Reyes (10), Sergio Rodríguez (6), Carroll (2), Darden (6) y Slaughter (4).

 

Por Víctor Escandón Prada
Periodista
Analista Liga Endesa para JGBasket

 

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