Trafalgar, Waterloo, Lepanto o Normandía fueron batallas nimias si las comparamos con lo acontecido en el cuarto partido de la final ACB en el Palau. Tensión, protestas, excitación, angustia, nerviosismo, incertidumbre, pero, sobre todo, polémica, mucha polémica. ¿Y baloncesto? La verdad es que más bien poco.

El Barça sabía que si volvía a Madrid podría estar perdido, así que los dos equipos salieron con las ideas, en principio, claras, pero con las pulsaciones muy altas, lo que propició que cada decisión arbitral se convirtiese en un conato de enfrentamiento y un sinfín de gestos. La imagen de Laso, recién operado y en silla de ruedas, levantándose a protestar a los árbitros y abandonando la pista, tras su expulsión, empujado por un ayudante pasará a llenar el anecdotario de la Liga Endesa.

El que no faltó a la cita como buen capitán general de su tropa fue Navarro, tercer MVP en unas finales, bien secundado por un ejército en el que Tomic siempre está y al que se le han unido en estos partidos dos soldados de lujo como Nachbar y Lampe –sólo tres puntos, pero eso sí, los que lo decidieron–. En el Madrid, los interiores (cuatro jugadores superaron la decena de puntos) no estuvieron secundados por los tiradores, que tuvieron un pobre 4/21 en triples. A pesar de todo, los madridistas llegaron vivos al final, pero no fue suficiente para evitar que el título quedase en Barcelona.

Una vez finalizada la temporada llega el momento de pensar ya en el Mundial de España. Cada uno tiene sus gustos y preferencias y las quinielas empiezan a inundar las páginas deportivas. La que tiene más papeletas para llevarse el premio gordo es la que incluiría como bases a Sergio Rodríguez, Calderón y Ricky; aleros a Navarro, San Emeterio, Llull y Rudy; y pívots a Claver, Ibaka, Reyes, Pau y Marc Gasol. Una apuesta por lo clásico, aunque parece que Orenga quiere empezar a meter en dinámica a los jóvenes que podrían ser en los próximos campeonatos una realidad (Dani Díez, Pau Ribas, Abrines y Hernángomez), invitándoles a la concentración.

Por su parte, el mercado NBA no para de moverse y para sorpresa de muchos, Calderón llega casi de rebote a los Knicks. El segundo español, tras el Chacho, que viste la camiseta del equipo de la Gran Manzana. Un atractivo más para todos los españoles que cada año visitan Nueva York y quieren disfrutar de un partido NBA. Un proyecto en construcción en el que coincidirá con el que fue su mentor en Vitoria, Pablo Prigioni. El resto de fichajes estarán condicionados por la elección de jugadores en el draft.

 

Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Analista Liga Endesa para JGBasket

Foto: ACB Photo

 

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